Begur es uno de los pueblos de la Costa Brava que mejor ha sabido conjugar la esencia de su pasado y lo mejor del presente de este litoral gerundense. La visita al municipio combina su patrimonio histórico con caminos de ronda que bordean su litoral genuino de calas tranquilas y playas de sabor marinero, que se conjugan con propuestas culturales, gastronómicas y actividades en la naturaleza.
![Begur](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/05/17/begur_c83b2d3c_240517125419_1200x799.jpg)
EL CASTILLO DE BEGUR, SU MEJOR ATALAYA
La vista más icónica de Begur es la que muestra el pueblo coronado por las ruinas de su castillo. Empezó a construirse en el siglo XI, aunque los vestigios que hoy se contemplan se remontan al XVI cuando completado ocupaba una colina estratégica desde la que se protegía el lugar. La historia del castillo de Begur es larga. El bastión fue objetivo de piratas y otros conflictos que provocaron su ruina. A pesar de sus pocos restos, es una visita imprescindible por la panorámica que regala de la Costa Brava, que engloba el pueblo a sus pies y, en el horizonte, la extensa playa de Pals y las islas Medes. Se puede llegar en coche hasta el castillo o, si se prefiere, fácilmente a pie por el sendero que arranca junto a la Torre de Sant Ramon y asciende pasando por la ermita homónima. El castillo de Begur es un monumento declarado Bien Cultural de Interés Nacional.
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LO QUE EL CENTRO DE BEGUR ESCONDE
En Begur, el paseo por sus callejones y rincones mantienen viva la memoria de pescadores, coraleros, indianos y trabajadores del corcho que escribieron las páginas más brillantes. Se recomienda pasear a pie por este pueblo de gran encanto, pero de callejones sinuosos y estrechos, la mayoría peatonales. La plaza de la Vila, rodeada de terrazas, ocupa el corazón de Begur. La preside la iglesia de Sant Pere y Santa Reparada, templo gótico del XVII, frente al cual en verano se bailan sardanas. Cerca tiene Es Pedrís Llarg, un icónico banco de piedra en el que sentarse a charlar y tomar el fresco. Otros tesoros del pueblo, que pueden descubrirse con rutas temáticas, son las casas indianas de estilo colonial y torres de defensa del siglo XVI, de cuando los piratas frecuentaban el Mediterráneo y había que defenderse de sus asaltos.
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EL LEGADO COLONIAL DE BEGUR
Las casas indianas de Begur es otro distintivo de esta localidad. Son edificios de estilo colonial construidos por los begurenses que en el siglo XIX emigraron «a las Américas» y que regresaron con fortuna. Al retornar, quisieron reproducir las mansiones de estilo antillano en las que habían vivido. Gracias a estos «americanos» hoy se puede conocer en Begur este legado cultural. Por otro lado, muchos de estos palacetes indianos están hoy ocupados por diversos hoteles boutique que han proliferado en los últimos años.
![Fira Indianos](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/05/17/fira-indianos_188f3d8f_240517114237_1200x801.jpg)
Una ruta señalizada, que puede ser guiada, recala en los ejemplos más genuinos, entre otros Can Sora, con un patio exterior decorado con frescos de paisajes románticos; Casa Bonaventura Caner Bataller, con decoraciones cerámicas repartidas por el edificio; Casa Térmens, cuyo propietario abrió una tienda de tejidos en la planta baja; Casa Vicenç Ferrer Bataller, más modernista y con motivos naturales; o la casa de Pi Carreras, de 1902, sede del ayuntamiento. Esta tradición se recuerda en septiembre con la animada Feria de los Indianos, cuando en las calles y plazas se instalan puestos de artesanía, muestras de oficios, actuaciones de ritmos caribeños y conciertos de habaneras.
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BEGUR RECUERDA A LA ‘BAILAORA’ CARMEN AMAYA
Después de triunfar por el mundo, la barcelonesa bailadora de flamenco Carmen Amaya (1913-1963) halló en Begur su refugio, quedándose a vivir allí hasta su muerte. Para recogerse eligió el Mas d’en Pinc, una masía junto al castillo de la que se enamoró por una fotografía que le mostró su representante. En vida atrajo a famosos como Dalí que dieron cierta popularidad al pueblo. Amaya falleció en Begur, donde está enterrada. En el pueblo la recuerdan con miradores como el de la plaza Forgas que lleva su nombre y varias esculturas, una situada junto a la ermita de Sant Ramón.
SA RIERA Y SA TUNA, LAS CALAS MÁS ICÓNICAS DE BEGUR
El término de Begur incluye en su litoral una decena de coquetas calas que se mantienen intactas, con aguas cristalinas y una costa abrupta con miradores que se asoman al mar y pinares que parecen querer bañarse en él. Sa Riera es la mayor y la que más mantiene su atmósfera de aldea marinera. Su nombre proviene de un torrente antaño más líquido que la sigue dividiendo en dos, creando dos calitas hermanas en cada lado: Port des Pi y Cala del Rei. Sobre su arena conviven con naturalidad las barcas de pescadores con los bañistas y unos pocos restaurante frente al mar.
Sa Tuna es otra joya costera de Begur y un enclave icónico de la Costa Brava. Su pequeña edia luna se abre al abrigo de una antigua aldea de pescadores, hoy más residencial y con pinos que dominan y se curvan desde un anfiteatro de rocas. Esconde otra caleta absolutamente intacta, a la que se llega por el sendero de S’Eixugador. Resguardada y solo accesible por una sinuosa hacen que al llegar a su minúsculo puerto uno se rinda a su belleza.
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AIGUABLAVA, AIGUAFREDA Y FORNELLS
Otra bella cala del municipio es Aiguablava, un paraíso que ya fue codiciado en la década de 1950 cuando se daban en la Costa Brava los inicios del turismo. Esta cala de solo 80 metros de longitud, arena dorada y aguas turquesas poco profundas invita a contemplar un entorno único y esencial.
Resguardada bajo el Puig Rodó se halla Aiguafreda, que destaca por su calma y aguas cristalinas. Con un pequeño muelle, se encaja entre la punta Des Plom y el cabo de Cap Sa Sal, ya frecuentado en los primeros años del turismo, y al que se llega por otro sendero marino pasando por miradores como el de S’Eixugador.
![Bwegur](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/05/17/bwegur_00000000_6e81e59f_240517120250_1200x800.jpg)
Y cerramos este periplo en la solitaria Fornells, con una escueta marina y la reconocible casa «El Paraíso» que Bonaventura Sabater, escritor y empresario y nacido en 1862 en Palafrugell, conocido como Xiquet, quien, según la tradición, dio el nombre de Costa Brava a este litoral único en el mundo. Un ramillete de calas rodean Fornells, de nuevo conectadas por caminos costeros, todas de nítidos fondos marinos, y la más alejada, la playa del Puerto de Esclanyà, de guijarros, tanto sobre la arena como en el agua.
![Begur](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/05/17/begur_f4bf1e47_240517120423_1200x800.jpg)
CAMINOS DE RONDA QUE SURCAN EL MAR
Junto a sus playas y calas, Begur también puede disfrutarse a pie siguiendo el famoso Camino de Ronda de la Costa Brava, que recorre este litoral desde Tossa de Mar al Cap de Creus, pasando por el municipio. Antaño estas veredas sirvieron para otear el horizonte para evitar ataques, acceder a las calas en caso de naufragio o más tarde, en época de postguerra española, controlar el contrabando y el estraperlo. Hoy el sendero es de enorme atractivo por las vistas que regala y, en ocasiones, por ser el único acceso a pie a calas minúsculas. Sucede así, por ejemplo, en la Platja Fonda, de singular acceso solo por una larga escalera de roca; con solo 160 metros de largo y escasos 25 metros de ancho, es una de las calas más tranquilas del litoral de Begur.
![ILLA ROJA](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/05/17/illa-roja_00000000_dc6c5c5f_240517114611_1200x845.jpg)
El islote más famoso de Begur se localiza en el límite entre Begur y Pals, la pequeña Platja del Racó mantiene su quietud. Ambos municipios están unidos por el camino de ronda, que en un rincón tiene el reconocible islote de la Illa Roja, antes solo nudista. Otras propuestas senderistas de Begur son los Caminos del Agua, una ruta de 3 km que une varias fuentes rurales; el Sendero des Quinze, de 9 km, encajado entre pequeños muros de piedra seca; o el tramo del Sendero de Gran Recorrido GR-92 que atraviesa el término.
![TORRE BEGUR](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/05/17/torre-begur_00000000_6b00e437_240517114723_1200x877.jpg)
RUTAS POR MAR Y TIERRA
El pueblo y el litoral de Begur pueden descubrirse siguiendo otros itinerarios, como la Ruta Poética de Joan Vinyoli, poeta barcelonés (1914-1984) asiduo de Begur desde 1954, quien inmortalizó en sus escritos rincones como las escalinatas al castillo o el mirador de la Cala del Rei que lleva su nombre. Otra singular propuesta es el itinerario que enlaza las Atalayas de Defensa, como la Torre de Sant Ramon, una de las seis que se conservan edificadas en el siglo XVI para repeler los ataques de los piratas que navegaban por el Mediterráneo.
![Begur](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/05/17/begur_c9da1b0d_213837011_240517115852_1200x801.jpg)
gastronomía con vistas
En Begur se puede elegir entre comer o cenar en restaurantes típicos del pueblo o en otros de sus playas o sobre acantilados que regalan vistas inolvidables al mar. En el pueblo los hay como el histórico Plaça, en el mismísimo centro; el del Jardín de Can Marc, un establecimiento de larga historia en Begur, donde cenar con vistas al castillo; y de creación más reciente, Can Nasi o el Clara Restaurant del Hotel Aiguablava.
Fuera del pueblo, pero en el mismo término municipal, Begur también disfruta de propuestas más gourmet, como el restaurantes del Hotel Sa Punta, con décadas de reconocido prestigio, La Rectoría del Hotel El Convent, o el Galena Mas Comangau, en una masía tradicional. Y por último, a pie de playa, en Sa Riera se puede disfrutar el Sa Proa o el restaurante del Hostal Ses Negres; en Sa Tuna, Ca l’Adela, Es Furio y el Hostal Sa Tuna; en Aiguafreda, el Hostal Sa Rascassa; sobre los acantilados de Fornells, Toca al Mar, Mar i Vent y el restaurante del Hotel Aigua Blava; y en el límite de la playa de Pals, los populares Solimar y Mar Blau, especializados en pescados y arroces.
Y un apunte gastronómico final. En el pedregoso litoral de Begur habita el pez de roca, uno de los más sabrosos del mercado, que cada primavera es protagonista de una Campaña Gastronómica en Begur, en la que colaboran diversos restaurantes con un menú especial con recetas con este ingrediente principal.