Son las 9.30 de la mañana en la Terminal Ejecutiva de Madrid Barajas, situada a unos quince minutos en coche del área del área de la T4 madrileña. Esta vez, Viajes National Geographic ha tenido la oportunidad de embarcarse en una experiencia que se sale de lo habitual dentro de su currículum viajero. El protagonista es el Gulfstream G550, el gigante blanco y azul de la aviación privada que conecta el continente europeo con América Latina, Asia y Estados Unidos a una velocidad de 889 km/h, mucho más rápido que otros de la misma familia.
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Unas 13 horas de autonomía y capacidad para volar más de 12.000 kilómetros de distancia. Así es esta aeronave gestionada en exclusividad por la compañía Welojets, que lleva desde 2018 ofreciendo soluciones de movilidad aérea y chárter de jets privados gracias a su flota de 7.300 aeronaves en todo el mundo.
Tan pronto como llegamos a la terminal nos hacen pasar a una relajante sala de espera mientras los responsables del aeropuerto trasladan nuestro equipaje a la bodega del avión. Allí nos recibe uno de los fundadores de la empresa, Alfredo Lisdero, quien nos explica algunas de las principales diferencias respecto a los vuelos comerciales. “En la aviación ejecutiva, el vuelo se adapta a tus horarios y necesidades. Evitas colas y ajetreo, por lo que puedes permitirte ir sin prisa. Además, el trato con la tripulación es mucho más cercano y personalizado”.
En la misma estancia nos da la bienvenida el comandante José Juan Sánchez. “El parte meteorológico para hoy es muy bueno, así que será un trayecto cómodo y sin viento”, anticipa con una sonrisa. Lleva 25 años en el mundo de la aviación -quince de ellos en el sector ejecutivo- y en esta ocasión será el encargado de llevarnos a nuestro destino: Ibiza, donde Welojet y la asociación turística Ibiza Luxury Destination han estrechado lazos de cooperación.
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RUMBO hacia LAS NUBES
Atravesamos el control de seguridad, que se desarrolla siguiendo el mismo protocolo que en cualquier otro aeropuerto pero con los tiempos de espera reducidos al mínimo. Toca retirar cinturones con hebillas metálicas, separar dispositivos electrónicos del resto de pertenencias, quitarse botines o calzado con plataforma al pasar por el arco detector, aunque no habrá que preocuparse por las limitaciones de líquidos. Tampoco nos hace falta estar atento a ningún panel informativo para saber más sobre nuestro vuelo, ya que llegamos en minivan hasta las escaleras de acceso directo al Gulfstream.
Este avión es capaz de albergar a 14 pasajeros y cuatro tripulantes, y cuenta con una zona de descanso para la crew, aseos bien abastecidos con amenities y asientos que se convierten en camas. No obstante, toda la atención se la llevan las impresionantes ventanas panorámicas de la cabina principal, que casi recuerdan a las pantallas de un cine y permiten disfrutar de amplias vistas durante el vuelo. Con el despegue, las carreteras y las casas empiezan a hacerse diminutas hasta convertirse en maquetas de juguete. Otro de los detalles que se hacen notorios durante este trayecto es el silencio hueco y amortiguado que llena este espacio, donde las conversaciones entre compañeros fluyen a volumen bajo y sin interrupciones por ruidos externos.
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EL TARGET DE LOS AVIONES PRIVADOS
No podemos dejarnos en el tintero una de las preguntas más comunes: ¿qué perfiles son los que más demandan este tipo de servicios?. “Nos topamos con deportistas de alto rendimiento, personas que quieren volar a destinos a los que no llegan las conexiones comerciales, viajeros que van con sus mascotas, familias, responsables con cargos públicos concretos o profesionales de empresas que tienen filiales repartidas en varios puntos”, amplía Lisdero. ¿Y el precio? Este trayecto desde Madrid a Ibiza tiene un coste de a partir de 1000 euros por persona, mientras que la tarifa para los vuelos privados en turbohélice es de 450 euros por viajero.
De hecho, la pandemia trajo profundos cambios en el sector de la aviación ejecutiva, por muy contradictorio que suene si recordamos el frenazo en seco que experimentó el turismo. “El volumen de vuelos privados en España aumentó más de un 25% respecto a cifras pre-covid. A falta de vuelos comerciales, una parte de la población elegía volar en avión privado, sobre todo en situaciones familiares delicadas o urgencias médicas”, aclara.
Pocos minutos después, la azafata Beatriz Tejedor llega para ofrecernos un aperitivo. Nos cuenta que lo que más disfruta de esta actividad es «trabajar en una oficina con vistas increíbles y sorprender a los clientes con servicios de catering excepcionales acertando en cada detalle». Y así es. Extiende la mesa portátil, la viste con manteles de Matarranz y despliega sobre ella una tabla de charcutería con sello mallorquín, todo ello acompañado de un espumoso Möet Chandon. El surtido de galletas, chocolates y pastelería se encarga de que no escaseen las opciones dulces. “A cada viajero se le pregunta qué tipo de comida quiere a bordo. Igual os sorprende, pero nos encontramos más peticiones de hamburguesas que de caviar”, bromea el cofundador. El escenario sigue cambiando tras la ventana, y ahora que hemos dejado atrás la península, el mar se abre ante nosotros como una explanada azul de crestas brillantes.
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Aviones que viajan al futuro
Mientras estamos en el aire brotan algunas preguntas sobre los siguientes desafíos para poder implementar la sostenibilidad en un sector de esta naturaleza. El responsable Alfredo Lisdero recalca que la industria avanza despacio pero con pasos firmes, ya que está regulada al milímetro. “Cuando trabajas con metereología, personas y máquinas no se admiten errores, porque pueden costar vidas”, argumenta.
El progreso en los últimos años ha sido sostenido, pero se han alcanzado hitos que en el pasado resultaban inimaginables: “Hace tan solo un siglo que pasamos del aeroplano de los hermanos Wright a poder cruzar el Atlántico en un avión con 300 pasajeros. Ahora tenemos el privilegio de ser la generación que vuela, y además lo hace con frecuencia”.
![turkish3](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/05/15/turkish3_16be42c5_240515094522_550x807.jpg)
Comodidad por las nubes
La clase business con una sala VIP más grande que varios aeropuertos
¿Cómo ha logrado Turkish Airlines ser una pionera de la exclusividad a bordo? Con iniciativas como esta.
![FUENTE GESTAIR AVIATION](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/05/29/fuente-gestair-aviation_faec3c07_240529113624_1200x964.jpg)
DESAFÍOS verdes A 51.000 PIES DE ALTURA
Aunque todavía perduran ciertos prejuicios y estigmas, el sector de la aviación ejecutiva está al alza, y el mercado español es uno de los que más fuerza está cobrando dentro del panorama europeo. “Un avión siempre es un dinamizador de la economía en cuanto a impuestos, nuevos puestos de trabajo, costes de mantenimiento y actividades transversales que dependen de él”, señala Lisdero.
En específico, se están destinando grandes inversiones a la aviación verde, y la hoja de ruta está clara: aunar comodidad, eficacia y compromiso medioambiental en cada vuelo. El cofundador de Welojets, Martín Baldomá se muestra igual de optimista sobre el futuro de los vuelos privados: «Los próximos años van a traer muchas transformaciones en la aviación ejecutiva. Se prevén cambios en las motorizaciones de los aviones, en el nivel de autonomía y también mejoras que permitan volar de manera sostenible». Para muestra, un botón: el Gulfstream G-550 está preparado para la utilización de combustible SAF que contribuye a minimizar las emisiones de gases de efecto invernadero.
Comienza el descenso para tomar tierra. Con solo 49 minutos de duración, el vuelo se nos ha hecho corto, muy corto. Ya fuera del avión, la isla pitiusa nos saluda con su brisa cálida de mayo.