Presume el asturiano de ser un entusiasta del buen comer, pero especialmente del terreno dulce que levanta sobremesas, desayunos y meriendas. Llambiones, como se dice en asturiano al goloso, casi por naturaleza, pocas regiones de España rinden más tributo a confiterías, heladerías y pastelerías. En su capital hay varias direcciones tan emblemáticas como irrenunciables.
![01 Camilo de Blas min](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/06/07/01-camilo-de-blas-min_2763a57f_240607105635_1200x800.jpg)
Camilo de Blas
Quiso la ironía que la confitería más antigua de Oviedo la fundase un leonés como Camilo de Blas, que distribuyó un pequeño emporio dulce en el noroeste peninsular por León, Gijon y Oviedo. Desde 1914 sientan su magisterio ovetense muy cerca de la catedral de El Salvador, hoy comandados por la quinta generación de la familia. Aquí se originó en 1924 el legendario carbayón, una tentación a base de almendra molida, yema de huevo y una delicada glasa de azúcar. Entrar en la tienda es un viaje en el tiempo donde no solo los carbayones (y su versión mini) resplandecen. Duquesitas, chocolates caseros y un sinfín de pasteles adornan unas vitrinas que invitan a volver a ser niño.
![02 Moscovitas de Rialto min](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/06/05/02-moscovitas-de-rialto-min_0e9c4c26_240605114526_1200x801.jpg)
Rialto
Apenas dos milímetros de ancho y tres centímetros de diámetro sirven para rendir tributo a una leyenda: las Moscovitas de Rialto. De rusas tienen poco, pero desde 1926 son el emblema de esta confitería, también en manos de la misma familia desde su inicio, que ha sublimado el arte de mezclar almendra marcona molida, una pizca de harina y un casi etéreo baño de chocolate. En origen era chocolate con leche, pero la evolución también ha invitado a que el chocolate negro y el blanco también embadurnen estas tentaciones crujientes.
![03 Bombones Peñalba](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/06/05/03-bombones-penalba_f8aef721_240605114641_1200x886.jpg)
Peñalba
Desde 1930 y hasta la actualidad, el templo de la alta bombonería ovetense también se marca desde Bombones Peñalba. Su escaparate marmolado, sus vitrinas y sus envases bien podrían hacer creer que es una relojería en Basilea, pero es el centro de Oviedo y el chocolate es su santo y seña. Cerca de treinta referencias de bombones imantan a asturianos y viajeros con este viaje a través del paladar que hace de sus creaciones un souvenir irrechazable. El oricio, la trufa, las mangas, el silva o el seis cantos ya forman parte del ideario colectivo del Oviedo más dulce.
![04 Corte de helado de Diego Verdú Monerris](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/06/05/04-corte-de-helado-de-diego-verdu-monerris_f7974693_240605114752_1200x798.jpg)
Diego Verdú Monerrís
No suena el apellido Verdú especialmente asturiano. Sus reminiscencias más bien hacen viajar a la mente al Levante español. De allí salió en 1878, con apenas 17 años, Diego Verdú Monerris de su Jijona natal llevando consigo turrones y dulces navideños. El caso de éxito acabó derivando, ya en la década de 1930, en la conversión de aquellas mezclas de almendra, miel y azúcar de alicantinas raíces en los primeros helados de turrón que alumbró y que ahora, a punto del siglo, siguen haciendo las delicias de todo el que se acerca. También, fiel a esa evolución, la quinta generación de los Verdú ha ido más allá del legendario turrón e incluso coquetea en la heladería con quesos asturianos, chocolates de orígenes exóticos y, manteniendo la fidelidad de la herencia, a dar rienda suelta a los dulces de estación como polvorones, turronitos, mazapanes y almendras rellenas cuando la Navidad llama a la puerta.
![05 Ovetus](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/06/05/05-ovetus_b129a23a_240605114908_1200x675.jpg)
Confitería Ovetus
La ruta por la Milla de Oro del dulce ovetense prosigue, también siguiendo la senda del chocolate, por otro referente como es la Confitería Ovetus. Aquí harían palidecer hasta al mismísimo Willy Wonka con sus creaciones: pasteles, bombones, tabletas… Resultaría impensable contabilizar cuantas sobremesas se han aderezado con las bandejas que han salido de Ovetus. Entre sus grandes tesoros, además de los bombones, las tentadoras cestas de desayuno –donde también cabe el salado– que llevan décadas preparando.
![06 Tarta de milhojas de Confitería Asturias](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/06/05/06-tarta-de-milhojas-de-confiteria-asturias_01cc2786_240605115002_1200x1498.jpg)
Pastelería Asturias
También cátedra sienta, capa sobre capa, la Pastelería Asturias desde 1946 cuando decidió iniciarse en el noble arte del milhojas. Hoy su tarta es un referente, como ya lo eran aquellos hojaldres primigenios que comenzaron en un obrador de Lugones en 1912, hasta llegar a la capital con la segunda generación casi tres décadas más tarde. Crujientes, sutiles, finos y con una secuencia de delicadas capas de crema, merengue y yema tostada… El romance se cuenta solo y ahora es César Valdés, heredero de esta tradición, el que se encarga de hilarlo.
![07 Pastel del peregrino de Pastelería Jarama](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/06/05/07-pastel-del-peregrino-de-pasteleria-jarama_d4439fc0_240605115055_1200x1200.jpg)
Jarama
La historia de esta pastelería familiar es una historia de amor por partida doble. La que llevó a Jacinto Rama y Fini Villar a dar forma en 1972 a la Confitería Jarama, cuyas riendas lleva hoy Jacinto Rama, el primogénito de la segunda generación, que mantiene en sus vitrinas al gran icono de la casa: el pastel de peregrino. Almendra, manzana, azúcar y una pizca de canela se condensan en un bocado por el que iniciar cualquier camino.
![08 Éclaires de Ma Petite Pâtisserie](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/06/05/08-eclaires-de-ma-petite-patisserie_abe77a02_240605115135_1200x800.jpg)
Ma Petite Pâtisserie
Un idilio joven y afrancesado representa parte de la new wave de la confitería ovetensecon este proyecto personal de Aymar Baliela, que abandonó el mundo del Derecho para enrolarse, de manera autodidacta, en el mundo dulce junto a su marido Guillermo Alonso. Entre la restauración de muebles y ese ambiente casi parisino, Ma Petite Pâtisserie entre macarons, cupcakes y y éclaires para demostrar que Oviedo sigue pensando en dulce.