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LEs fOnts de l’Algar (Callosa d’en Sarrià, Alicante)
Este paraíso fluvial de 1,5 kilómetros de longitud es uno de los grandes orgullos de la localidad alicantina de Callosa d’en Sarrià, a apenas media hora en coche de Benidorm. El cauce del río Algar —su nombre significa ‘cueva’ en árabe— esconde aguas de color turquesa, piscinas naturales, espectaculares cascadas y manantiales que brotan de las rocas de piedra caliza y, por supuesto, sus conocidos tolls, remansos de agua considerados antiguamente fuente de salud gracias a la pureza de sus aguas cristalinas.
Un plan perfecto que puede completarse con una visita a Guadalest, dónde casi se pueden tocar las nubes en el hotel y restaurante Cases Noves o degustar los sabores tradicionales de Casa Julia en Parcent, según comenta Joaquín Deusdad, presidente de Temps d’interior.
LA FUENTE DE LOS BAÑOS (MONTANEJOS, Castellón)
Una vez se pisan sus senderos uno se pregunta por qué tardó tanto en visitar esta joya de la naturaleza conocida como “La Tailandia castellonense”. El destino ideal para los amantes de las actividades al aire libre: escalada, rafting y, por supuesto, senderismo por “Los estrechos”, una de sus rutas más transitadas.
En su interior, sus montañas aguardan un paraíso termal conocido como La Fuente de los Baños de Montanejos, junto al río Mijares. Sus aguas templadas son perfectas para los más frioleros —siempre mantienen una temperatura aproximada de 25 grados— y no solo destacan por su increíble belleza, sino también por sus propiedades curativas.
EL SALTO DE LA NOVIA (NAVAJAS, CASTELLÓN)
Su nombre ya anuncia una trágica historia o, al menos, una gran leyenda. Generación tras generación, los locales de este municipio castellonense contaban cómo una pareja de prometidos se tiró a sus aguas, siguiendo una tradición local que ponía a prueba el amor de sus protagonistas, y cómo finalmente perecieron en ellas.
Mitos aparte, el Salto de la novia y la Cascada del Brazal son unas de las cascadas más bonitas que se pueden visitar en la Comunitat Valenciana. Una ruta verde, que atraviesa las montañas regadas por el Alto Palancia, que se une a otra localidad con mucha riqueza histórica y cultural, Segorbe, a través de la conocida Ruta de los manantiales.
Pou Clar (Ontinyent, Valencia)
Ontinyent es uno de esos pueblos con encanto que se esconden en el interior de la provincia de Valencia. Su núcleo urbano ha sido testigo del paso del tiempo desde la prehistoria hasta asentamientos romanos y árabes, pero algunos de sus mayores baluartes son sus piscinas naturales de aguas cristalinas. Durante miles de años, la fuerza del agua ha ido excavando para crear un total de seis pozas naturales de roca calcárea en las que poder bañarse y refrescarse gracias a sus 13 grados de temperatura. ¡No hay manera más rápida de olvidarse del calor del verano!
CHARCO AZUL (CHULILLA, VALENCIA)
Resguardado entre las hoces del Turia, este embarcadero de aguas turquesas se ha convertido en una parada obligatoria para locales y visitantes. El final perfecto para una ruta única conocida por sus puentes colgantes en pleno Paraje Natural Municipal Los Calderones. Sus cañones naturales, barrancos, embalses y miradores son responsables de que se haya convertido en una de las excursiones más espectaculares de la provincia. Y su embarcadero es un desenlace insuperable, ya sea para inmortalizarlo con una foto o sumergiéndose en sus aguas.
EL LAGO DE ANNA (ANNA, VALENCIA)
El lago de Anna es otro de esos parajes que desmonta la creencia de que en Valencia “no hay mucho verde”. En plena naturaleza —y a su vez, muy cerca del centro histórico— este lago comparte escenario con otras pozas, lavaderos y acequias, una combinación de nacimientos de agua que conforman la conocida Albufera de Anna. Este tesoro de agua dulce, ubicado en la comarca Canal de Navarrés, es un destino perfecto para huir del calor por unas horas.
Sobre todo gracias a la sombra de los pinos y árboles que la rodean, y de ese agua que, sin lugar a dudas, marca algunos grados menos que el mar Mediterráneo. Sus alrededores también son perfectos para hacer una pequeña excursión, cruzando sus puentes de madera, escudriñando sus paisajes, paseando en barca o atravesando su laberinto vegetal, que presume de ser uno de los más grandes de España. Además, cuenta con un parque infantil y una piscina con socorrista, lo que hace que sea una escapada en familia perfecta.
LOS CHARCOS DE QUESA (QUESA, VALENCIA)
Como Anna, Quesa es otra de las ocho localidades que conforman La Canal de Navarrés, una comarca rica en naturaleza mediterránea y en atracciones fluviales como albuferas, cascadas y lagos. En su caso, a tan solo unos siete kilómetros del centro de esta localidad valenciana, aguardan un conjunto de cuatro piscinas naturales que atraviesan el lecho del río Grande.
Cada una con su propia personalidad, diferentes tamaños, profundidades y también con nombre propio: El Charco de la Horteta —la de más difícil acceso—, el charco de las Fuentes, laBañera (o la Perola) —la poza de mayor tamaño— y, aguas arriba, el Charco del Chorro de Corbera. Esta última es la más popular, gracias a su espectacular cascada, así como la cueva que yace detrás y su pequeña playa de cantos rodados de color blanco.
el salto de bolulla (bolulla, alicante)
La Comunitat Valenciana colecciona más cascadas de las que se piensa. Ese es el caso del Salto de Bolulla, una increíble cascada de 20 metros de altura y uno de los grandes orgullos de la Marina Baixa. Muy cerca de les Fonts de l’Algar, en Callosa d’en Sarrià, se encuentra esta maravilla de la naturaleza de acceso gratuito y perfecta para los amantes de deportes como el rápel o el barranquismo, y de aquellas personas que solo buscan darse un plácido baño.
Este gran salto de agua se sitúa en el interior del Barranco de l’Estret de les Penyes, una zona montañosa asentada en el estrecho del río Bolulla. Para llegar allí, tan solo hay que seguir una ruta de quince minutos a piel, aunque siempre respetando las fincas y campos privados que se encuentran a su paso. Otro ejemplo de la gran belleza de la cara B del Levante con sus extraordinarios paisajes de interior.
LOS BAÑOS DE LA REINA (CAMPELLO, ALICANTE)
Junto al Club Náutico de Campello, al final de la playa Carrer la Mar, se encuentra una piscina de agua salada única en la provincia. Sus formas rocosas encierran el agua dando lugar a una serie de pozas, fruto del paso del Imperio Romano por tierras mediterráneas. Lo que ahora son los yacimientos de una antigua piscifactoría romana también es uno de los spots favoritos de los alicantinos, ya sea para disfrutar de un baño tranquilo alejado de las clásicas playas de arena dorada o practicar esnórquel bajo sus aguas —¡mejor con escarpines!—.
Su nombre, Los Baños de la Reina, también encierra una leyenda. Es la historia de una reina mora que se enamoró del lugar y lo convirtió en sus baños privados, el sitio ideal para deleitarse con el sol y el mar Mediterráneo con total privacidad. A su lado se encuentra otro de los reclamos de Campello: la Illeta dels Banyets, una lengua de tierra que se extiende hasta el mar y donde todavía se conservan restos romanos, testigos de la riqueza histórica y arqueológica de esta provincia del sur de la Comunitat Valenciana.
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