En una ubicación privilegiada de Lisboa, junto al Rossio y con la atalaya del Castillo de San Jorge en el punto de mira, el monasterio de Nossa Senhora do Vencimiento do Monte do Carmo, más conocido como Convento do Carmo, resiste con dignidad el paso de los años. Destruido casi en su totalidad por el terrible terremoto que asoló la ciudad en el siglo XVIII, sus restos conservan un aire solemne que se acompaña de un invaluable museo arqueológico lleno de objetos únicos.
Ascender desde el famoso barrio de La Baixa hasta el de Chiado tiene su recompensa. Este edificio gótico, levantado en 1389 según los planos de Gomes Martins fue ordenado construir por Nuno Álvares Pereira, Condestable del Reino y caballero del rey Joao I, junto con el que luchó en la batalla de Aljubarrota en 1385 para conseguir la independencia de Portugal.
A pesar de que la ubicación era todo un reto para construir el gran convento, el condestable lo eligió por su similitud con el Monte Carmelo, en Palestina, y porque desde allí se situaba frente al Castillo, el Palacio Real y la Catedral.
Fue allí donde, tras una vida dedicada al servicio militar y a la Orden Mendicante de los Carmelitas, decidió ser enterrado Nuno Álvares, lo que, junto a la monumentalidad del lugar, confirió al templo católico una fama tan grande como la de la Catedral o el Convento de San Francisco de la misma ciudad.
![Convento do Carmo](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/04/08/convento-do-carmo_ea5d0518_836299802_240408170609_1200x800.jpg)
1 de noviembre de 1755
Entre las 9.30 y las 9.40 horas del primer día de noviembre de 1755, Lisboa comenzó a temblar con una magnitud de momento entre 8,7 y 9. Aquel terremoto devastó la ciudad, y también dejó en ruinas el Convento do Carmo, cayendo su techo sobre los fieles que allí se encontraban. A pesar de que la Reina María I ordenó su reconstrucción con la idea de hacerlo aún más impresionante, la obra nunca terminó.
En 1834, la extinción de las órdenes religiosas en Portugal provocó la paralización de la rehabilitación neogótica que se llevaba a cabo. Sumado a la romántica moda de las ruinas, muy escenográficas en el siglo XIX, las ruinas se convirtieron en monumento, y en 1864 se fundó el Museo Arqueológico do Carmo, donde se encuentran piezas relacionadas con la historia de la ciudad desde la Prehistoria hasta la Edad Media, y una gran colección tumularia y de heráldica medieval.
A pesar del gran incendio que sufrió Chiado en agosto de 1988 y en el que el convento también sufrió daños, hoy en día este edificio, del que todavía se conserva la estructura y algunos elementos como sus portadas sur y oeste y la cabecera de la iglesia, es un museo al aire libre, donde ver el esqueleto de lo que un día fue a cielo abierto no deja de sorprender a todos aquellos que se acercan a visitarlo.