DE HISTÓRICO A COSMOPOLITA
Retro, industrial, vintage, cómodo y lujoso. Si de etiquetas se trata, The Rebello Hotel & Spa es una suerte de oasis urbano donde el diseño convierte el espacio prácticamente en una galería en la que a cualquiera le gustaría quedarse a vivir. Y es que el nuevo alojamiento de Bomporto Hotels es pura hospitalidad, sin artificios, haciendo magia para aunar sencillez, creatividad y singularidad en cada uno de sus muchos rincones.
¿Qué hotel hace que el huésped se debata continuamente en qué parte le gustaría más pasar el rato? Sin duda es el caso de este sueño portugués que abraza los edificios industriales de una fábrica del siglo XIX con sus largos pasillos, como si de tentáculos se tratase.
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Pulpos no, pero los rebelos, las tradicionales embarcaciones que acarreaban las botas de vino descendiendo el Douro, dan nombre a este oasis portuense de piedra como homenaje al último astillero naval que se conserva en la ciudad, ubicado frente a este.
La arquitectura, a cargo de Metro Urbe, transformó el lugar, dedicado a fabricar menaje de cocina, en dos volúmenes centrales y dos laterales que conservan elementos históricos, como las fachadas y la estructura de piedra. Las mejores vistas de Oporto persiguen al huésped en habitaciones, restaurantes y otras tantas zonas que tienen en sus ventanas los marcos perfectos para un cuadro real de esta ciudad cosmopolita.
UNA GALERÍA EN LA QUE VIVIR
Vivir, dormir, comer, relajarse, trabajar, tomar una copa. Cualquiera de estas acciones vale en un hotel que se define como “un hogar lejos del hogar” y que la interiorista española Daniela Franceschini recibió como un lienzo en blanco para imaginar una nueva identidad para el lugar.
Inspirada en la forma en que artistas y creativos han ocupado espacios industriales como este en la historia, decidió imprimir un aire ecléctico que favorece las obras de arte y la artesanía original, que dialoga con el visitante desde el suelo hasta el techo entre cuadros, mobiliario, esculturas, luces, textiles y demás.
Los colores más industriales, como el negro o el rojo, además de elementos como el hierro, se unen a otros tales como los azulejos, formas curvas o grandes alfombras, objetos y detalles para los que Franceschini contó con el apoyo de artistas y fabricantes portugueses inspirados en cuatro elementos clave: el vino, el agua, la madera y la industria.
Colores, materiales y texturas juegan con lo marítimo, desde estanterías hasta espejos o incluso asientos. Tapices de Edurne Camacho, cerámicas de Joana Passos, arreglos florales de Beatriz Faria Ribeiro y muchos otros talentosos creadores han formado parte del proyecto, desde su hall abierto al público hasta el detalle más pequeño de las íntimas habitaciones.
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RELAX CON S DE SUITE Y SPA
Si se trata de relajarse, en The Rebello no faltan las opciones. Las 103 suites que se distribuyen en las alas del hotel se dividen en once tipos diferentes que van de los 37 a los 195 m2, dedicados a dúplex de tres habitaciones. Obras del artista Pedro Guimarães, objetos de Grau Cerâmica y mantas de la Fábrica Burel producidas a mano en la Serra da Estrela visten los espacios, acompañadas de otras con nombres internacionales, como Josep Maynou o Tomek Sadurski.
Los lavabos se inspiran en antiguos depósitos de agua, y los cabeceros, en el movimiento del océano. Los tonos suaves de las suites y la modernidad de sus obras se unen a la perfección para ofrecer un espacio acogedor donde el nogal, el acero y los azulejos conviven en armonía para tener una tarde de calma en familia (sin olvidar a las mascotas, muy bienvenidas a The Rebello) en sus mullidos sofás y alfombras.
En cuanto al spa, compuesto por una piscina climatizada, sauna, gimnasio y cuatro salas de tratamiento, es el templo definitivo para dejar atrás el ajetreo y el bullicio de la bella pero siempre animada Oporto. Inspirándose en las termas romanas, cuenta con el apoyo de la marca portuguesa EssenciAroma para la creación de productos ecológicos 100% naturales, como el pino, el eucalipto, la baya de enebro y el limón, entre otros.
Desde masajes holísticos y de autor hasta rituales faciales y corporales, la filosofía de este “spa urbano” se basa en los principios de la medicina tradicional china, japonesa e india para crear tratamientos a medida, como Ritual The Rebello, una terapia de dos horas que incluye una exfoliación corporal, un masaje relajante y un tratamiento facial. Después de cada tratamiento, los clientes están invitados a relajarse en el tranquilo salón acuático, marcado por lámparas que imitan las fases del sol y la luna.
ENTRE SARTENES Y PANORÁMICAS
En The Rebello hay dos opciones para llenar el estómago y ambas son con la famosa Ribeira de Oporto en el horizonte. En Pot&Pan la comida se sirve en ollas y sartenes como homenaje a la antigua fábrica de utensilios de cocina en la que se encuentra el hotel. Abierta tanto a huéspedes como a autóctonos, el local se centra en un menú breve de comida confort portuguesa con un toque moderno y producto de temporada del que se encarga el chef André Coutinho.
La vegetación, el azulejo oscuro y los detalles de color hacen del lugar, donde también se sirve el delicioso desayuno, un refugio culinario con delicias como los mejillones con hinojo, sidra y pimentón de la vera o el arroz caramelizado de pulpo.
Ya en el cuarto piso espera Bello The Rooftop, sin duda uno de los mejores lugares de la ciudad para tomarse un cóctel con vistas al Duero, tanto de noche como de día. Todos los ingredientes para un momento inolvidable se unen aquí: buenos snacks, bebidas refrescantes y un atardecer que se grabará en cualquier retina.
Un gran surtido de pizzas y bocados acompañan cócteles con nombres tan curiosos como Ananás dos Açores, Violetas o Mostaza. Y si lo que se necesita es tomar algo rápido mientras se trabaja o en compañía entre horas, el Lobby Bar de la entrada del hotel también guarda algunos snacks y bebidas para disfrutar más del momento.