Por segundo año consecutivo, Viajes National Geographic ha hecho entrega de los Premios de los lectores, que han podido escoger entre 75 candidatos repartidos en quince categorías distintas de destinos, localidades, establecimientos, enclaves gastronómicos y proyectos turísticos. En el premio a Mejor Ruta Gastronómica de España 2024 se ha alzado vencedora la Ruta del vino de la Rioja Alta, una de las regiones vitivinícolas más queridas entre el público de la revista.
La Rioja Alta
La Rioja Alta, cuyo nombre es prácticamente indisoluble de sus vinos, es la parte más occidental de la región, un lugar en el que destaca la localidad de Haro que, bien acompañado de los ríos Tirón y Ebro, tiene a la naturaleza como espectacular marco y a la historia como secreto interior. Pero la región tiene otras bellas localidades, tales como San Vicente de la Sonsierra, Sajazarra o Briones. Sin embargo, es la naturaleza y el paisaje vitivinícola una de sus mayores señas de identidad, además de sus monumentos megalíticos, la Catedral de Santo Domingo de la Calzada, el Centro de Interpretación del Románico en Treviana o los guardaviñas que se reparten por algunos campos.
La ruta más completa
Si se trata de vino, son muchas las Denominaciones de Origen de España y también las rutas que hay en torno a sus vinos. Sin embargo, una de las más completas es, sin duda, la Ruta del Vino de la Rioja Alta, de la que algunos expertos hablan como una de las regiones vitivinícolas más ricas del país e incluso fuera de estas fronteras. No solo esta tradición en torno al vino ha inundado un gran porcentaje de la superficie de la región, con viñas centenarias, iniciativas únicas, arquitectura vitícola e innumerables bodegas, desde el calado más pequeño bajo una casa hasta el mayor proyecto de diseño de los grandes productores. Asimismo, los pequeños pueblos gozan de fiestas populares relacionadas con el vino y restaurantes que hacen de perfectos embajadores.
DE BODEGA EN BODEGA
El conjunto de todos los elementos que forman el contexto vitivinícola de la Rioja Alta ha hecho que esta zona sea una de las más especializadas en enoturismo, con un desarrollo muy avanzado de las actividades, experiencias y visitas relacionadas con este producto y el paisaje que dibuja. Desde el Barrio de la Estación de Haro, donde se fundaron a finales del siglo XIX, apiñadas al ferrocarril, algunas de las bodegas más importantes de la zona, hasta lugares como el Museo Vivanco de la Cultura del Vino.
Cada rincón ofrece al visitante una forma de apreciar la importancia que ha tenido históricamente y tiene actualmente la cultura que rodea a este producto tan preciado. Bodegas premiadas internacionalmente, vinos que se exportan a decenas de países, experiencias como paseos entre viñas, catas, senderos y paseos culturales son solo la punta del iceberg de lo que puede disfrutarse en La Rioja Alta.
LAS BATALLAS MÁS amistosas
En el contexto de la Rioja Alta, no se ha de confundir batalla con conflicto. Y es que en algunos pueblos de la región, la suerte del vino se celebra a base de regar de arriba abajo a cualquier persona que se precie con el producto estrella de la zona. En el caso de Haro, la famosa Batalla del vino de Haro es Fiesta de Interés Turístico Nacional desde 2011 y atrae cada año a miles de turistas, además de lugareños, que siguen una curiosa tradición que se podría resumir en muchas camisetas blancas teñidas de color morado.
En cuanto al pueblo de San Asensio, la Batalla del clarete se celebra desde 1973. Según cuentan sus habitantes, la fiesta surgió de los socios de una peña como broma y acabó instaurándose como una de las celebraciones más divertidas de la zona. En el Cerrillo Verballe es donde da comienzo la contienda donde irónicamente el que más gana es el que más empapado se marcha del lugar.