Vivir entre dos aguas puede ser un lujo si estas regalan los paisajes de los que disfrutan en el pueblo de Aguaviva, en la provincia de Teruel. Marcada por su situación en la confluencia de los ríos Bergantes y Guadalope y su ubicación a los pies de las sierras del Maestrazgo, sus menos de 1000 habitantes reciben numerosos visitantes en verano por uno de sus mayores atractivos: Las Pozas de Aguaviva que, con el marco que le ofrece su bosque de pinos y el puente del siglo XVII, es una de las mejores piscinas naturales de la provincia.
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A cuatro kilómetros del pueblo de Aguaviva se encuentra el Puente de Cananillas, que pasa sobre el río Bergantes desde el año 1622, en el que se construyó con su estilo renacentista rural, con cuatro arcadas. Edificado sobre una construcción anterior, forma parte de un antiguo Camino Real y fue realizado para unir Tortosa y Morella con Castellote, donde se encontraba el castillo que la Orden de San Juan de Jerusalén utilizaba como almacén de alimentos.
Ahora, este puente, despojado de su utilidad inicial, guarda bajo sus piedras uno de los mejores lugares para refrescarse en los días más calurosos del verano. Decenas de personas se acercan para admirar sus pozas, cuevas y marmitas, dibujadas por la fuerza del agua del río Bergantes. Junto al río Matarraña en Beceite, es la única piscina natural de la provincia de Teruel reconocida por su estado de conservación y calidad de sus aguas por el Ministerio de Sanidad.
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Sus aguas limpias y de temperatura templada mueven a los habitantes del pueblo, pero también a los de los alrededores y más allá, a vivir un día de “playa” en estas pozas. Tanto si es para todo un día o para un rato, sus zonas de sombra, sus numerosas piedras pulidas por el tiempo donde tomar el sol o comer algo y las vistas desde su puente, merecen una visita.
Siguiendo el sendero de largo recorrido GR-08 o la Ruta del agua del Bajo Aragón se pueden descubrir tanto el puente de Cananillas y sus pozas, incluídas en el Geoparque Mundial UNESCO del Maestrazgo, y otras construcciones, como el Molino Mayor Harinero del siglo XIII. Este patrimonio hidráulico, sumado a la gran calidad de sus aguas y a la diversión que brinda con las altas temperaturas, hace de este lugar uno de los más famosos de la provincia de Teruel.