Perderse por el Viejo San Juan
Cierto, no hay nada de novedoso en proponer un paseo por esta ciudad colonial, instalada sobre un islote y rodeada de fortificaciones. Lo singular está en QUÉ mirar y DÓNDE pasar las horas.
Los ineludibles están claros. Son los castillos (San Felipe del Morro), las calles con balcones de forja y patios frescos (Caleta, del Cristo, San Sebastián) y las iglesias (la catedral, el convento de las carmelitas calzadas, la capilla del Santo Cristo). En este callejeo aparecen sorpresas como la fachada de azulejos de la antigua fábrica de sodas Polo Norte, en la calle Tetuán.
![Viejo San Juan](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/06/27/viejo-san-juan_b67814d8_240627154901_1200x900.jpg)
Luego la vista se sorprende con los detalles que salen al paso entre una plaza y otra. Como el edificio del Banco Popular (calle Tetuán) un espectacular ejemplo art déco de la época dorada de Puerto Rico (décadas de 1920 y 1930), cuando la caña de azúcar, el ron, el café y el tabaco forjaron fortunas inmensas. Dentro de este templo del capitalismo hay una imagen inesperada: un vitral dedicado al Cordero Pascual. ¿Una metáfora?
![Banco Popular de Puerto Rico](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/06/27/banco-popular-de-puerto-rico_053dc9e7_240627165547_1200x1453.jpg)
Otro detalle genuino del Viejo San Juan son sus adoquines gris azulados. Fueron fabricados con piedra de Liverpool a finales del siglo XIX y tuvieron que recubrirse con escoria de hierro para que no resbalaran carros y transeúntes cuando llovía.
![Sheila Osorio. Bomba. Puerto Rico](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/06/27/sheila-osorio-bomba-puerto-rico_9962d8f9_240627160537_1200x1600.jpg)
Bailar bomba en Loíza
La música y el baile forman parte de la vida cotidiana de los boricuas. Los días festivos, por Carnaval o durante las populares fiestas de la calle San Sebastián del Viejo San Juan, familias, amigos y vecinos se congregan en lo que se llama batey. Estos círculos son un espacio en el que todo el mundo está invitado a expresarse por medio de la danza.
En la localidad de Loíza, a poca distancia de San Juan, Sheila Osorio imparte sus talleres de «bomba» sobre la arena, rodeada de palmeras. Sus clases van más allá de los pasos y los movimientos de las faldas: son una lección de vida boricua, de disfrutar del momento y de expresar miedos y alegrías al son de los tambores.
![Cartel Carnaval Loíza. Puerto Rico](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/06/27/cartel-carnaval-loiza-puerto-rico_f4193280_240627162125_1200x1515.jpg)
La Bomba se toca con barriles o timbales, mientras que en la Plena se usan panderos. Ambas versiones se basan en la conexión entre los bailarines (normalmente mujeres), que con sus movimientos marcan el ritmo de los bomberos, los que tocan los barriles.
Loíza también es la cuna y la fuente de inspiración de Samuel Lind, que transmite la pasión por el alma caribeña, mitad taína, mitad africana, de este rincón de Puerto Rico. Quien visita su estudio descubre obras inéditas y otras que han sido expuestas en Nueva York junto a carteles de las fiestas de Loíza, un festival cargado de referentes a las raíces africanas de los boricuas.
![Isla Culebra. Puerto Rico](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/06/27/isla-culebra-puerto-rico_e0da2a9f_240627161950_1200x800.jpg)
Dinoflagelados o tortugas
Las aguas puertorriqueñas ofrecen compañeros de baño muy dispares. En Vieques y Culebra, las islas del este, es posible nadar con tortugas marinas (cerca de ellas, más bien) y contemplar corales con unas simples gafas de snorkel. En sus playas de arena blanca y cocoteros se descubren anacronismos como el tanque de la Segunda Guerra Mundial varado en la preciosa playa Flamencos, un recuerdo de las maniobras del ejército americano que va camino de ser «declarado» monumento histórico.
![Tortuga marina. Puerto Rico](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/06/27/tortuga-marina-puerto-rico_5f3fb0f5_240627173516_1200x800.jpg)
En el sur, cerca de Ponce, se localiza la única bahía bioluminiscente de las tres que hay en Puerto Rico donde es posible bañarse. La barca que lleva hasta ella zarpa al atardecer de los muelles de La Parguera. El agua es una balsa en calma, a lo lejos se divisan nubarrones sobre el mar Caribe mientras el verde de los mangles empieza a apagarse y a camuflarse con la oscuridad. Saltamos al agua con gafas de buceo, aunque basta con moverse ligeramente para distinguir un polvo de estrellas danzando entre los dedos de las manos y los pies.
No es magia, es la reacción lumínica de los dinoflagelados, un tipo de alga microscópica que permanece «cautiva» en este rincón de poca profundidad, con una salinidad elevada y sin alteraciones por mareas ni corrientes.
![Santurce. Puerto Rico](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/06/27/santurce-puerto-rico_c81cb6fb_240627173835_1200x1600.jpg)
Street art en Santurce
El mercado es el corazón de este barrio a 10 min del Viejo San Juan. De día por sus puestos de frutas y verduras, de noche por los bares musicales concentrados a su alrededor así como restaurantes y coctelerías de alta gama como el Santaella.
Los grafitis decoran muros que estaban abandonados y puertas de comercios con escenas cotidianas y dibujos fantasiosos. La calle Cerra reúne algunos de los mejores ejemplos. Se organizan dos festivales de street art: Los Muros Hablan y Santurce es Ley.
![Reyes Magos de Ponce. Puerto Rico](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/06/27/reyes-magos-de-ponce-puerto-rico_ac7ae1cb_240627174201_1200x1015.jpg)
reyes, bomberos y vegigantes
La otra ciudad de referencia de Puerto Rico es Ponce. Y lo es no solo por su relevancia histórica sino también por su inagotable vitalidad cultural. El centro es una cuadrícula de calles amplias, flanqueadas por edificios con elegantes verandas y alguna sorpresa art déco, como el mercado municipal.
Su corazón es la Plaza de las Delicias, sombreada por ficus gigantes, con el Ayuntamiento en un costado y la iglesia en el centro. En un costado se alza un edificio peculiar, es la Casa de Bombas, la antigua central de bomberos y hoy museo; de madera y pintado de rojo y negro, nació como pabellón de la Exposición Agrícola e Industrial de 1883 y se salvó desertificación desmantelado para goce de locales y foráneos.
El carnaval, el mayor acontecimiento del año. La exposición del Centro de Cultura Carmen Solá de Pereira da una idea de esta peculiar fiesta, en la que el protagonismo se lo lleva el «vegigante», un personaje esperpéntico que viste una túnica y una máscara de perro. En este centro es posible ver el trabajo de los artesanos de tallas de los Reyes Magos, figuras muy veneradas por los. ponceños. Una curiosidad: el rey Baltasar no existe y Melchor es de raza negra.
![Ron del Barrilito. Puerto Rico](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/06/27/ron-del-barrilito-puerto-rico_89aa1823_240627164956_1200x1600.jpg)
el ron boricua
Don Q y El Barrilito son las dos grandes marcas de ron puertorriqueño. Sus fundadores fueron terratenientes de plantaciones de caña de azúcar que quisieron emular el cognac francés para sacar más rendimiento al néctar que ya producían.
Ambas ocupan aún el mismo emplazamiento que a finales del siglo XIX. El ron Don Q es el emblema de la ciudad de Ponce, en el sur. Sus fundadores fueron los Serrallés, familia de origen catalán y mecenas de la vida social ponceña. Su casa en el centro aloja ahora el Museo de la Música, mientras que el palacio de verano se ha transformado ahora en un museo que conserva el mobiliario original y que ofrece unas vistas soberbias sobre la bahía de Ponce. La visita al Palacio Serrallés se completa con una sala museo que contiene botellas con más de cien años de distintas marcas puertorriqueñas y con, por supuesto, una cata.
A 15 km del Viejo San Juan, se localiza la hacienda Santa Ana, fundada en 1797 por la familia Fernández. Es la cuna del Ron del Barrilito. nombre que alude al pequeño barril que regalaba Pedro Fernández cuando empezó a elaborar ron con lo que había aprendido de su viaje por las destilerías de cognac francesas.
El tour incluye la casa familiar, la visita al almacén y la sala de embotellamiento para acabar en su coctelería, que cuenta con una amplia carta de brebajes deliciosos a base de ron, evidentemente.