HITORITABI
No es lo mismo viajar en solitario que hacerlo en compañía. Esta palabra, compuesta de hitori (una persona) y tabi (viaje), alude a la experiencia introspectiva de quien recorre un territorio a solas consigo mismo, sin la protección que ofrece una pareja o un grupo. Pero que, por esa misma razón, viaja más libre y abierto a la interacción con los demás. Cuando finaliza ese retiro por el mundo exterior, la persona que retorna tal vez sea distinta de la que partió.
ICHIGO-ICHIE
Viajar depara encuentros y situaciones que a veces se graban de forma indeleble en la memoria. Dependemos de la ayuda o la hospitalidad de seres hasta entonces desconocidos, mientras el viaje genera relaciones con personas que no volveremos a ver y que se desvanecen con él. Ichigo-ichie, literalmente «una vida, un encuentro», suele traducirse como «una vez en la vida» o «nunca más». Este término, relacionado con el budismo zen y la ceremonia del té, alude a la transitoriedad de la existencia. Nos recuerda que cualquier reunión con otros seres humanos constituye una experiencia única e invita a participar en ella con plena atención, pues esa oportunidad difícilmente se repetirá.
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SHINRIN-YOKU
La Agencia Forestal de Japón cuenta con decenas de enclaves donde es habitual realizar sesiones de shinrin-yoku o «terapia del bosque». Pasear relajadamente entre los árboles, con ejercicios de respiración dirigidos por terapeutas certificados, permite comunicarse con la naturaleza a través de los cinco sentidos. La presión arterial y la concentración de cortisol en la saliva se miden antes y después de la experiencia, y los estudios muestran reducciones en la tensión arterial, la ira, la ansiedad o el insomnio. En 1982, inspirándose en las tradiciones sintoístas y budistas, Tomohide Akiyama, director de la Agencia Forestal de Japón, acuñó el término shinrin-yoku a fin de otorgar valor a los bosques, que todavía cubren dos terceras partes del país. El fisiólogo Yoshifumi Miyazaki ha demostrado que cuando disfrutamos de un bosque se reduce la actividad del córtex prefrontal, sede de las funciones cognitivas y ejecutivas, mientras se activan partes del cerebro relacionadas con las emociones, el placer o la empatía. Miyazaki afirma que por ese motivo la comida en el campo sabe mejor.
DATSUSARA
Hay personas que deciden tomarse un año sabático para viajar o dedicarse a lo que verdaderamente les apasiona. La palabra datsusara («renunciar a la vida de asalariado») refleja la apuesta de quien abandona la rutina y seguridad de una empresa para ser dueño de su tiempo o trabajar de forma más creativa por cuenta propia. Este término surge a partir de su opuesto: salaryman, un neologismo inglés que define al empleado que prioriza su empleo sobre todo lo demás y trabaja con abnegación al dictado del empresario, participando en cualquier acto fuera del horario laboral que este organiza y al que estaría mal visto no asistir.
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GORAIKO
Esta palabra significa literalmente la llegada de la luz y expresa la dicha de presenciar la salida del sol desde la cima de una montaña. El goraiko más mítico en Japón es contemplar el amanecer desde la cima del Fuji (3.776 m). Pero se trata de una excursión ardua y exigente, pues requiere salvar cerca de 1.500 m de desnivel. Y solo se aconseja en los meses de la temporada oficial (julio y agosto), cuando el esbelto cono volcánico suele estar abarrotado y probablemente envuelto en nubes. En japonés, como en alemán, el sol tiene género femenino y la luna, masculino. Concuerda con la visión del sintoísmo, para el que la diosa del sol es Amaterasu, madre del imperio y deidad suprema en el país, mientras que el dios de la luna es su hermano Tsukuyomi.
OKAME-HACHIMOKU
Ver las cosas desde fuera, sin estar implicado en ellas, es un privilegio del espectador y a menudo también del viajero. La expresión okame-hachimoku significa «los ocho ojos del espectador». Procede del juego del go, indicando que quien no participa en la partida suele detectar mejor las estrategias para ganar que los contendientes inmersos en el juego. Inventado en China hace más de 2.600 años, el go presenta una gran complejidad y es muy popular en Japón. Se juega en una cuadrícula de 361 casillas (19×19), en cuyas intersecciones se van depositando 181 piedras negras y 180 blancas tratando de matar o envolver piezas del adversario. El primer programa de ordenador capaz de vencer a un campeón mundial de go apareció casi veinte años después de que el ajedrecista Kasparov fuera derrotado por la supercomputadora Deep Blue.
YOKOMESHI
Al viajar es fácil sentir la dificultad o el estrés de comunicarnos en un idioma que no es el nuestro. La palabra yokomeshi significa literalmente «comer de lado» y describe esa situación. Yoko («de lado») hace referencia a los idiomas europeos, cuya escritura es horizontal, a diferencia del japonés, que es vertical. La expresión se empleaba originalmente para definir una comida de negocios con alguien extranjero, lo que exige un esfuerzo adicional y no permite disfrutar a fondo ni de la conversación ni de los distintos platos.
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AWARE
La nostalgia de un viajero al presenciar escenas plenas de belleza que difícilmente se repetirán o tal vez no podrá compartir se refleja en esta palabra, que suele traducirse por «consciente» pero va más allá de eso. Un haiku, poema japonés de solo tres versos, intenta capturar la esencia de ese momento. Se trata de un término estrechamente vinculado al concepto de mono no aware: la conciencia de la fugacidad de las cosas. Situaciones en que nos envuelve una ligera melancolía mientras experimentamos mayor empatía y conexión con los seres humanos o la naturaleza.
KUSAMAKURA
En japonés hay una palabra para quien improvisa una cabezadita en el tren o una silla manteniendo cierto grado de conciencia del entorno: inemuri, literalmente, «estar presente mientras se duerme». Y otra para quien pernocta al raso en un viaje: kusamakura, que significa «almohada de hierba». El escritor Natsume Soseki publicó una obra con ese título, donde narra sus andanzas y reflexiones en la isla de Kyushu, que acompañó al genial pianista Glenn Gould hasta su lecho de muerte. En su libro Sendas de Oku, Matsuo Basho, el poeta más universal que ha dado Japón, destila el viaje a pie que realizó durante dos años y medio en el siglo XVII por el norte del país y en el que la hierba supuso también para él una almohada habitual.
![Templo nachi taisha](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/04/26/templo-nachi-taisha_0d2e0b20_240426120105_1200x800.jpg)
ZEKKEI
El esplendor de la naturaleza relativiza el de la mayoría de las creaciones humanas y con frecuencia el aliciente principal de un viaje es admirar un paisaje sin parangón. La palabra zekkei designa esos escenarios cuya contemplación nos conmueve desde el primer instante o nos deja sin palabras. Una belleza que sobrepasa cualquier definición y también las expectativas que podíamos tener sobre el lugar.
SUNAO
El viaje propicia el encuentro con uno mismo, al tomar distancia de las servidumbres y patrones de conducta habituales. Por eso conforme avanza puede que nuestro comportamiento se torne más íntegro y desinhibido. La palabra sunao, que suele traducirse como obediente, significa acatar los dictados del corazón y no lo que se espera de nosotros. Ahora bien, en una cultura como la japonesa que tiende a reprimir el individualismo, sunao puede implicar también seguir los dictados del «corazón de la sociedad» o de la situación en sí, en vez de lo que uno elegiría por sí mismo.
FURUSATO
Esta palabra equivale a «tierra de origen», «pueblo natal» o «morada ancestral», un lugar con el que se mantienen vínculos poderosos y al que se anhela regresar. Pero como comenta Alex Pler, también puede definir el sentimiento cálido de pertenencia a un sitio que acaso visitamos por primera vez y en el que no necesariamente hemos nacido o vivido. Ese puede ser el regalo más inesperado e indescriptible de un viaje.
El número 290 de Viajes National Geographic, ya en los kioscos, incluye un magnífico reportaje sobre Japón escrito por Paco Nadal. Osaka es la puerta de entrada al Japón de los antiguos emperadores de Nara y Kioto, templos fabulosos y el milenario camino de peregrinación de Kumano Kodo.