Principiantes en el Amazonas
El territorio de la Amazonía está compartido por nueve países de América del Sur —Perú, Bolivia, Ecuador, Brasil, Guyana, Guyana Francesa, Surinam, Colombia y Venezuela—, sin embargo, uno de los mejores países para comenzar a descubrirlo es el país colombiano. Su experiencia en ecoturismo lleva varios años puesta en marcha y las actividades alrededor de cada uno de los departamentos están realmente vinculadas con el cuidado a la naturaleza y a su patrimonio.
Por eso, estas son algunas de las mejores zonas de la selva colombiana por las que comenzar a adentrarse a vivir de primera mano una experiencia en la jungla. Eso sí, algo a fundamental a tener en cuenta que este tipo de viajes se deben de realizar siempre de la mano de tour operadores o expertos locales en turismo, personas que crean experiencias alrededor de estos destinos y los conocen a la perfección.
![Amazonas Colombia](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/05/21/amazonas-colombia_23e16052_240521143423_1200x799.jpg)
Visión global
Convertido en uno de los lugares más biodiversos y menos poblados del país, esta región compuesta por seis departamentos —Amazonas, Caquetá, Guainía, Guaviare, Putumayo y Vaupés— acoge según el último censo de población realizado en 2018 un total de 335.260 habitantes de los más de 48 millones con los que cuenta Colombia. Además, tal y como declara el Consejo Regional Indígena del Medio Amazonas (CRIMA), en su interior conviven 64 pueblos indígenas y más de 1300 comunidades originarias responsables de mantener vivo todo ese legado ancestral cultural y de salvaguardar esta parte de la tierra como si fuera propia.
![inirida2](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/05/13/inirida2_b8d31c6d_240513160943_1200x900.jpg)
Qué te espera en el Amazonas
El Amazonas colombiano ofrece un sinfín de propuestas turísticas adaptadas a todos los públicos. Para llegar hasta allí se debe coger un avión hasta la región elegida y, en función de la ciudad o puedo, moverse en coche, canoa o a pie. Esto dependerá de la experiencia que busque cada uno de los viajeros, pero lo que no va a faltar en ningún viaje son los paseos en canoa por el río, las caminatas por la jungla durante el día y durante la noche, recorridos de avistamiento de aves y animales silvestres para ver monos, perezosos, guacamayos o tucanes… Por supuesto, en cada región existirán unas propuestas diferentes y unas instalaciones distintas, pero, hay algunas actividades que no se deben dejar de realizar en ninguna de las zonas (como las anteriores mencionadas).
![inirida3](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/05/21/inirida3_ae88ac53_240521144051_1200x900.jpg)
Puerto Inírida, la meca de la ornitología
En el extremo oriente del país, haciendo frontera con Venezuela, y en un área hasta donde hace poco no llegaba el turismo, se ubica un departamento virgen, selvático y asilvestrado, que está comenzando a cobrar una relevancia especial dentro del ecoturismo y la ornitología: la Guainía, con su capital Puerto Inírida. La única forma de acceder hasta allí es por vía aérea, pues Inírida es básicamente una isla en medio de la Estrella Fluvial del río Orinoco.
Además de haberse convertido esta área en la meca de la ornitología a nivel mundial —se pueden atisbar con gran facilidad cotingas, tangaras, guacamayos, manakin negros, dolientes de vientre pálido, chotacabras o búhos—, Puerto Inírida cuenta con una gran variedad de paisajes y escenarios naturales en el que sin duda destaca la visita a los Cerros de Mavecure.
El misticismo y la energía que se respira en esta zona es difícilmente equiparable al de otro lugar del mundo. Estas montañas inmensas, Mavicure, Pajarito y Mono, forman parte del Escudo Guayanés y son los protagonistas del mito de la princesa Inírida que cuenta que estos cerros han dado durante siglos a las comunidades todas las herramientas para vivir. Subir hasta la cima de una de estas montañas para contemplar desde lo alto la selva amazónica y avistar aves, es una actividad realmente mágica, además de tener la posibilidad de ver y bañarse con los delfines rosas que pueblan sus aguas.
![iStock](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/05/13/istock_37c0ddd1_1165898027_240513155918_1200x857.jpg)
Leticia, la trifrontera de la selva
La única forma de acceder a Leticia es por vía aérea, pues no existen carreteras que conecten la ciudad con el resto del país. Además, este municipio hace frontera con Brasil y Perú, por lo que son muchos los viajeros de ambos países los que también llegan hasta aquí para conocer la selva de primera mano.
La ciudad es, posiblemente, la “más urbanizada” del resto de las regiones del Amazonas por lo que visitarla en un paseo es algo recomendable. También lo es la visita al Museo Etnográfico del Hombre Amazónico, en la Biblioteca del Banco de la República, donde conocer de primera mano la historia del río Amazonas contada por tres personajes: un expedicionario, un conquistador y un indígena, además de conocer más sobre las comunidades indígenas de la zona, sobre su cultura, su historia o su gastronomía.
En sus alrededores se encuentra Puerto Nariño, visita indispensable por ser el primer destino sostenible en Colombia, gracias al buen uso de los recursos hídricos y energéticos y a la protección de la fauna y la flora. Para conocer sobre cultura indígena, se puede hacer una visita a los pueblos indígenas de los Yuri y los Nukak, donde enseñan a los visitantes sus rituales, cultura creencias y relación con la naturaleza. Y, para profundizar en la naturaleza y la fauna de la zona, se deben recorrer algunos de los parques y reservas naturales como Amacayacu, Chiribiquete y Nukak.
![Amazonas](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/05/13/amazonas_efa4c65a_240513155726_1200x900.jpg)
San José de Guaviare, arqueología y ecoturismo
Una de las grandes diferencias de este departamento con buena parte del resto de la Amazonía es que de Bogotá a San José de Guaviare es posible ir en coche. Son ocho horas de trayecto son las que conectan la capital del país con la capital de esta región que, aunque antiguamente era uno de los epicentros del cultivo ilícito de coca, ahora es la meca del ecoturismo.
Su ubicación a orillas del río Guaviare permite a los viajeros conocer desde el agua buena parte de esta región. Ese es uno de sus grandes atractivos además de todas las excursiones que se pueden hacer teniendo como base la ciudad de San José. Una visita obligada para cualquiera que pase por allí es el Cerro Azul, ubicado en la puerta al Parque Nacional Natural Serranía del Chiribiquete, uno de los yacimientos más grandes y con más concentración de arte rupestre de Sudamérica que guarda en su interior pinturas rupestres de 12.000 años de antigüedad que han sido custodiadas y resguardadas hasta la actualidad por las comunidades campesinas de la zona.
Aquí tampoco hay que dejar de realizar la excursión hasta la comunidad Raudal del Guayabero, una ruta en lancha a través del río en un entorno paisajístico rodeado de rocas precámbricas. Las excusiones por esta zona llevan a los visitantes a vislumbrar desde el mirador del Tepuy la inmensidad del Amazonas, recorrer grutas, bañarse en la poza de los enamorados y en su cascada o ver pinturas rupestres.