La capital de Ecuador, Quito, vive la Semana Santa de manera muy intensa. El bellísimo centro histórico de la ciudad se convierte en el escenario de numerosas ceremonias religiosas que han convertido esta semana en una festividad de carácter patrimonial y cultural única en toda América atrayendo turistas y fieles de todas las partes del mundo. Música sacra, procesiones, recreación de pasajes bíblicos, vestimentas típicas y elaboraciones tradicionales de estas fechas hacen de la Semana Santa Quiteña una de las grandes fiestas que se celebran en el mundo católico y, en especial, en Ecuador.
Además, estas fechas son también una excelente oportunidad para admirar la riqueza cultural de un sinnúmero de eventos y tradiciones fruto del sincretismo de lo mejor del viejo y nuevo mundo; tradiciones que incluso en Europa han desaparecido, pero que en Quito aún se mantienen.
Música para el comienzo
La XXII edición del Festival Internacional de Música Sacra, del 13 al 24 de marzo, es uno de los principales encuentros que se llevan a cabo para dar comienzo a la Semana Santa. Esta celebración, convertida en uno de los acontecimientos más importantes del continente y hasta del mundo, acoge los conciertos en diversas iglesias patrimoniales, capillas y espacios culturales de la capital. Hasta allí llegan reconocidos músicos y ensambles nacionales e internacionales que ponen acordes y letra a la música que formaba parte de los ritos cristianos de la Edad Media que narran pasajes bíblicos a través de cantos.
![IMG 1143](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/03/19/img-1143_1a854ce1_240319092648_1200x800.jpg)
Tradición única
Este año, el miércoles 27 de marzo se celebra el Arrastre de Caudas, una tradición del Imperio Romano en la que el ejército rinde homenaje a un general caído en batalla. En esta ceremonia se cubría el cuerpo del general con un manto negro, y luego este manto se deslizaba por sobre todos los soldados, vestidos también de luto. Al pasar el manto del general sobre toda la tropa, se buscaba traspasar a los soldados el espíritu de fuerza y valentía del general muerto. La iglesia hace lo propio en honor a Jesús y la capa da vuelta a la Catedral para que las virtudes del Jesucristo, muerto en la cruz, pasen a los fieles. Este rito, con más de 500 años en la tradición Quiteña, se celebra en la Catedral Metropolitana de Quito.
![DSC 0274](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/03/19/dsc-0274_cc348c89_240319092721_1200x797.jpg)
Diablos en la iglesia
Vestidos de negro y rojo y tapados con máscaras de diablo con colmillos y lengua a la vista, comienza la Procesión de los diablos, en la Parroquia de la Merced. Se celebra el Viernes Santo, uno de los días que más eventos culturales y religiosos se llevan a cabo en la ciudad de Quito. La Procesión de los diablos se acompaña de un Vía Crucis al que le siguen los pingulleros, dos indígenas que tocan un tambor y un cuerno, y un cura leyendo un pasaje bíblico a los que los diablos y las almas negras intentan interrumpir y distraer para evitar que la gente pueda escuchar la palabra del señor. Después de la misa, en las afueras, los diablos sueltan fuegos pirotécnicos y bailan celebrando el renacimiento de Jesús.
![Lucía Díaz Madurga](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/03/19/lucia-diaz-madurga_35b87d8d_240319092740_1200x1500.jpg)
La gran procesión
El mismo día, el viernes Santo, en la Iglesia de San Francisco se celebra la procesión de Jesús del Gran Poder, una de las más imponentes del Centro Histórico. Se estima que en los últimos años han participado en la procesión alrededor de 150.000 personas, contando con los miles de espectadores que desbordan el Centro Histórico. La procesión empieza a las doce de la mañana, en recuerdo de la hora en la que Poncio Pilatos condenó a muerte a Jesús. Esta festividad reúne a feligreses, cucuruchos -lo que en España llamamos capuchones-, Verónicas y penitentes descalzos, con cadenas, con coronas de espinas, fustigándose con ortigas o con cactus atados a la espalda. Los cucuruchos simbolizan a los penitentes que, vestidos de morado, muestran su arrepentimiento y su voluntad de cambio. Las Verónicas son las mujeres vestidas de morado y con velo negro que recuerdan a aquella que se acercó a Jesús mientras iba al Calvario y le limpió el rostro cubierto de sudor y sangre y en cuyo lienzo habría quedado impregnado el rostro de Jesucristo.
![220](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/03/19/220_9e2063e6_240319092800_1200x800.jpg)
Cocina de cuchara
Convertido en plato emblemático de la Semana Santa, la fanesca es una de las elaboraciones más típicas de esta época del año. Esta elaboración conjuga la celebración del Pawkar Raymi -tradición del pueblo kichwa de la fiesta del florecimiento que se celebra con la llegada de la primavera- con el sincretismo religioso católico en tan solo un plato. Bajo una receta común, que se elabora en familia como símbolo de unión, cercanía y tiempo de calidad juntos, cada persona tiene la suya propia.
Los orígenes de la fanesca están en constante discusión y controversia. Desde el punto de vista etimológico, la palabra la fanesca podría provenir del latín fames (hambre) o famesco (tener hambre) y de un pescado llamado faneca. Desde la cosmovisión andina, la fanesca tiene una matriz muy similar a la uchucuta, un potaje cuya historia está anclada al Pawkar Raymi, un plato de temporada elaborado con la cosecha de los granos y tubérculos que servía para agradecer a la Pachamama por los alimentos que brindaba. Este plato, que se consume en las casas, también se puede ir a comer a restaurantes repartidos por toda la ciudad como Los Tres Guabos, La Posada del Chagra, San Ignacio, El Palacio de la Fritada, Menestras del Negro o Cosas Finas de la Florida.
![viche](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/03/20/viche_f26dad58_240320101053_1200x737.jpg)
Una sopa mar y montaña
Otra de las recetas clásicas de la Semana Santa es el viche, la sopa insigne de Manabí, una elaboración que mezcla productos del campo y del mar con el que tradicionalmente se ha celebrado la cosecha y la abundancia del mar. Esta sopa preparada con pescado, cacahuete y tubérculos, a la que se le añaden 12 tipos de granos diferentes, hace alusión a los 12 apóstoles y al sincretismo entre los nativos y los cristianos españoles.