Ella es uno de los 90 estudiantes de entre 19 y 26 años de la TUI Academy Kenya, un proyecto con el que la Fundación TUI Care ofrece, hasta 2025, oportunidades de Formación Profesional a jóvenes en riesgo de exclusión social en el área de Mombasa. Junto a su socio local, el Severin Craftsman Training Center, cada año asegura a 30 jóvenes una formación técnica oficial y eminentemente práctica que les dará las herramientas necesarias para llevar una vida digna y autónoma como fontaneros, electricistas, albañiles o trabajadores del metal. Una educación (además de habilidades para la vida y educación financiera) que les permitirá incluso incorporarse al mercado laboral como trabajadores ya experimentados en el mantenimiento de un hotel, y que constituye una de las cuatro iniciativas de la fundación en el país africano.
![1 Rukia Paheh, 23 an~os Estudiante de tercer curso en TUI Academy](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/04/05/1-rukia-paheh-23-anos-estudiante-de-tercer-curso-en-tui-academy_585ceea7_240405092921_1200x900.jpg)
“Cuando termine de formarme, quiero ganar más experiencia o, si tengo alguien que me ayude, abrir mi propio taller, para ofrecer empleo a otras personas. Me decepciona cuando veo a una mujer como yo, en la sociedad, luchando y sin nada para comer”, explica Paheh, soplete en mano. Para ella, al igual que para sus compañeros, esta ha sido la oportunidad de su vida: no solo por proveerles con una educación que sus padres no hubieran podido costear, sino por cubrir también uniforme y almuerzo durante tres años y proporcionarles un pequeño salario de aprendices durante el segundo y tercer curso (400 chelines (unos 2,8 euros) al día el segundo año, y 600 chelines (4,2 euros) el tercero, frente a los 1.200 que cobra un profesional).
“Lo que pasa es que la educación superior en Kenia es muy cara, y aunque los padres están muy comprometidos en ofrecer una buena educación a sus hijos, para las personas de pasado humilde y con pocos medios financieros esto no es posible”, explica Reto Casanova, expatriado suizo y coordinador de la academia. Eso, apunta, lleva a una contradicción: en una sociedad donde la pobreza y el desempleo es tal que, para muchos, la principal prioridad es la de subsistir, faltan profesionales porque no hay personas para cubrir la demanda existente. Allí, comprarse los zapatos que necesitan para acudir a la academia cuesta unos 2.000 chelines, e incluso eso (y asegurarse el transporte) es todo un reto. Porque, algunos días, toca caminar. Y mucho: Rukia vive a 100 kilómetros de distancia.
![7 Artesana en el Taller y Centro Cultural Bombolulu, en Mombasa (Kenia)](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/04/05/7-artesana-en-el-taller-y-centro-cultural-bombolulu-en-mombasa-kenia_cd01f5da_240405093328_1200x900.jpg)
El turismo, una fuerza de cambio
La pobreza, el desempleo y la dignidad de quien lucha por sobrevivir es un factor tristemente común en la sociedad keniata, donde un 44 % de los jóvenes de entre 18 y 26 años carece de empleo. Pero el desafío es mucho mayor cuando a todo ello se le une la discapacidad: una combinación abrumadora contra la que pretenden luchar en los Talleres y Centro Cultural Bombolulu, un programa de la Asociación de Discapacitados Físicos de Kenia (APDK) que forma a personas con discapacidad para trabajar como artesanos, y así optar a un empleo e ingresos que les ayuden a subsistir.
![13 Un artesano fabricando accesorios de joyeri´a hechos con huesos de camello, en el Taller y Centro Cultural Bombolulu, en Mombasa (Kenia)](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/04/05/13-un-artesano-fabricando-accesorios-de-joyeria-hechos-con-huesos-de-camello-en-el-taller-y-centro-cultural-bombolulu-en-mombasa-kenia_3f3b641a_240405093110_1200x900.jpg)
Huesos de camello para hacer botones de camisa, chapas para accesorios de joyería… La creatividad y los recursos naturales se unen en Bombolulu. El centro, en marcha desde 1969, no se convirtió en un centro de rehabilitación para discapacitados hasta 1994. Y ahora, con el apoyo de la Fundación TUI Care, ha renovado y ampliado sus instalaciones de Nyali (Mombasa), diversificando unas actuaciones que incluyen talleres de joyería, cuero, textiles, madera tallada y un taller para fabricar sillas de ruedas y otras ayudas para la movilidad de las personas discapacitadas; además de un centro cultural en el que los visitantes aprenden acerca de las diferentes culturas y costumbres de Kenia. A la vez, han establecido colaboraciones con la industria turística local y, gracias a ello, han podido celebrar más de 200 espectáculos de danza y otras actividades para turistas y grupos escolares.
![11 Figuras de madera tallada en el Taller y Centro Cultural Bombolulu, en Mombasa (Kenia)](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/04/05/11-figuras-de-madera-tallada-en-el-taller-y-centro-cultural-bombolulu-en-mombasa-kenia_c454499d_240405093503_1200x900.jpg)
Estos 30 años como centro de formación y empoderamiento para artesanos con discapacidad han servido para dar una nueva oportunidad a más de 120.000 personas en las 10 ubicaciones de las que dispone Bombolulu: personas como Sidi Saburi, una artesana de joyería de 50 años con cuatro hijos e hijas que, gracias a este trabajo, ha podido mantener a su familia; o Ronald Jimbi, de 59, que perdió el brazo izquierdo al caerse de un cocotero siendo niño y que hoy es guía turístico en Bombolulu. Hoy son casi un centenar de artesanos, pero cuando reciben picos de trabajo, el número puede llegar a los 250.
![Ima´genes de animales en libertad en el Parque Nacional Tsavo West (Kenia) (9)](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/04/05/imagenes-de-animales-en-libertad-en-el-parque-nacional-tsavo-west-kenia-9_511bbb59_240405093407_1200x724.jpg)
Cuidar la vida salvaje es cuidar las comunidades locales
Nada representa mejor a Kenia que la vida salvaje que protagoniza los incontables safaris que atraen al turismo internacional. Elefantes, cebras, guepardos, leones, jirafas, antílopes o babuinos, entre muchos otros, constituyen el santo y seña de un país cuya naturaleza y vida silvestre cautivan, sin fallo, a cuantos afortunados se aventuran por sus fronteras. Por eso, hablar de turismo sostenible es hablar de cuidar la flora y la fauna, pero también a quienes habitan estas tierras, de manera que se beneficien de los ingresos que genera el turismo. Un turista sostenible es consciente de todo esto y, además, se interesa por zambullirse en su cultura y apoyar a los comercios locales.
![Uno de los safaris que cada di´a recorren el Parque Nacional Tsavo West (Kenia)](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/04/05/uno-de-los-safaris-que-cada-dia-recorren-el-parque-nacional-tsavo-west-kenia_9fbd44f3_240405094025_1200x610.jpg)
Sin embargo, en una tierra que sufre más que muchas otras los efectos de la escasez, de las sequías (nueve de cada 12 meses son secos) y del cambio climático, esto no siempre es suficiente. Y es allí donde el turismo puede reinvertir parte de sus propios beneficios en apoyar a las comunidades locales, a través de iniciativas como TUI Forest y TUI Wildlife Kenya: con la primera, plantando 40.000 árboles nativos (como acacias) de 2023 a 2025; y con la segunda, protegiendo tanto a las especies animales como a las comunidades que viven junto a ellas.
![Ima´genes de animales en libertad en el Parque Nacional Tsavo West (Kenia) (6)](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/04/05/imagenes-de-animales-en-libertad-en-el-parque-nacional-tsavo-west-kenia-6_5ea46727_240405094415_1200x900.jpg)
En la amplia zona que comprende los parques nacionales de Tsavo (este y oeste), cerca de la frontera con Tanzania, la falta de agua y las escasas oportunidades de sustento afectan negativamente a todo el entorno: personas, animales y, por supuesto, industria turística. La sequía ha provocado la muerte de numerosos animales (109 elefantes en 2022 y una cuarta parte de los 1.200 búfalos que allí moran), mientras que la dependencia de los recursos naturales para poder sobrevivir lleva a problemas como el consumo de carne de animales salvajes, la caza furtiva, la explotación forestal, la producción de carbón o los delitos contra la fauna local y sus hábitats, entre otros.
![Ima´genes de animales en libertad en el Parque Nacional Tsavo West (Kenia) (5)](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/04/05/imagenes-de-animales-en-libertad-en-el-parque-nacional-tsavo-west-kenia-5_1f5beba6_240405095552_1200x899.jpg)
“Quien mata a una jirafa lo hace para comerciar con ello, porque recibe entre 500 y 600 kilos de carne. Y, al venderla (digamos que a tres o cuatro dólares el kilo), obtiene lo suficiente para comprar una motocicleta con la que poder trasladarse”, explica Alice Lenjo, coordinador del programa TUI Wildlife Kenya. Esta iniciativa, desarrollada en colaboración con otras dos organizaciones locales, ampliará la infraestructura del agua en la zona de la reserva natural de Taita Hills, gracias a la construcción de dos nuevos pozos que darán caudal a 10 canales. Al diversificar los puntos de acceso en una zona que también sirve como corredor migratorio para los animales, se mejorará la convivencia entre estos y las personas, ayudando a más de 20.000 personas (directa e indirectamente) y reduciendo las situaciones de conflicto.
![15 Una mujer ofrece mokimo, un plato tradicional hecho con patata, mai´z y frijoles Centro Cultural Bombolulu, Mombasa (Kenia)](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/04/05/15-una-mujer-ofrece-mokimo-un-plato-tradicional-hecho-con-patata-maiz-y-frijoles-centro-cultural-bombolulu-mombasa-kenia_57eefa3d_240405093940_1200x900.jpg)
El programa, además, mejorará los sistemas de labranza, formando a 260 personas en prácticas de agricultura inteligente en cultivos como el maíz, los frijoles y las judías verdes, el emprendimiento y actividades relacionadas con el turismo; y fortalecerá la avicultura, la cría de cerdos y la horticultura, tanto para uso particular como comercial, de manera que la población no dependa tanto de la carne de los animales salvajes. Unas acciones cuyas consecuencias se hacen notar más allá de la mera subsistencia: “Los niveles de pobreza son aquí muy altos. Así que, si podemos mejorar el sustento de la gente, reduciremos los niveles de pobreza y, probablemente, aumentaremos los niveles de alfabetización”, sostiene Lenjo.
![Mujeres elaborando cestas con fibra de heneque´n, en Tsavo (Kenia) (5)](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/04/05/mujeres-elaborando-cestas-con-fibra-de-henequen-en-tsavo-kenia-5_04e3fd4f_240405093902_1200x900.jpg)
No muy lejos de allí, un grupo de mujeres se reúne una vez a la semana para fabricar cestas hechas de fibra de sisal o henequén (de la familia del agave). Mujeres como Clementina Moudine, de 78 años, o Hope Wakesho, de 40, que, además de ocuparse de sus casas y sus familias, obtienen de esta manera unos ingresos adicionales, elaborando entre 10 y 15 cestas al mes y trabajando desde sus casas cuando ya han completado el resto de quehaceres domésticos. “Crecí viendo a mi madre hacerlo, así que decidí aprender yo para poder ayudarla. Empecé con 15 años, y hoy tengo 40”, explica Wakesho desde la granja modelo que han establecido, con el apoyo de la fundación, para enseñar a otras mujeres cómo plantar y cultivar el sisal a un coste bajo. Unas cestas cuya elaboración requiere cientos de metros de fibra y un gran número de horas de trabajo.
De cara al futuro, el objetivo es continuar formándose para mejorar la calidad final de sus cestas, así como involucrar a las generaciones más jóvenes: por un lado, a aquellos que han aprendido a trabajar el cuero, para incorporar este material a sus diseños y generar un valor añadido; por otro, que las ayuden con el marketing, elaborando una página web y gestionando su presencia en redes sociales. Han comenzado a llevar sus productos a varios mercados y planean establecer puestos en la carretera que les den una mayor visibilidad local; pero, de momento, en sus reuniones semanales, cualquier visitante puede apreciar ya dos cosas: la alegría a prueba de fuego de estas mujeres y la enorme dignidad de su trabajo.