La avenida Winston Churchill frente al Sena es uno de los espacios urbanos más elegantes de París. Allí juntos, el Petit Palais, el Puente Alejandro III y el Grand Palais, forman un entorno monumental tan cautivador como artístico. Por si hay dudas, una inscripción en el frontón del ala oeste del Grand Palais certifica la elegancia urbanística concentrada en esta coordenada: «Monument consacré par la République à la gloire de l’art français» («Monumento consagrado por la República a la gloria del arte francés»).
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De la Exposición universal a París 2024
El caso es que el Grand Palais sigue sumando capas de actualidad en su larga historia con el objetivo de continuar siendo la infraestructura esencial para la ciudad en la que se convirtió desde su construcción en 1897 para la Exposición Universal de 1900. Así, desde enero de este mismo año, la Reunión de Museos Nacionales – Grand Palais se convirtió en GrandPalaisRmn, un nuevo contenedor cultural que para promover el acceso a la cultura Y ahora, también con las Olimpiadas de París 2024.
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¿Cómo hacer inolvidable la Exposición Universal de 1900 tras haber celebrado ya con enorme éxito la de 1889? Conscientes del reto, los organizadores parisinos lanzaron un concurso de ideas, donde llegaron proyectos de toda cabida, desde los planes más alocados a los más conservadores. Entre ellos, la idea de crear una avenida que conectara los Campos Elíseos con la Explanada de los Invalides, creando un puente sobre el Sena (el actual Puente Alejandro III para ello). Para darle mayor enjundia, dos palacios adecuados para una capital de la modernidad como pretendía ser París. Así es como aparecieron en el nuevo skyline urbano, el Petit Palais y el Grand Palais, compitiendo con la Torre Eiffel.
En el corazón de los Campos Elíseos, el Grand Palais se convirtió en una joya arquitectónica del estilo Beaux-Arts, conocido por su ornamentación exuberante y su combinación de clasicismo y modernidad. Su arquitectura destaca por las amplias vidrieras y la estructura de hierro y acero que permite una abundante entrada de luz natural, característica esencial para las exposiciones que debían celebrarse en su interior. La nave central, con su imponente cubierta acristalada, es la más grande de Europa y refleja el espíritu de superación de aquella época.
Lo cierto es que el Grand Palais no dejó indiferente a nadie, generando tanto críticas como elogios por su audaz combinación de materiales y su cantidad de ornamentación. Mientras algunos lo comparaban peyorativamente con una gran estación de trenes, pero la mayoría lo admiraba por su equilibrio entre los detalles decorativos y el diseño general.
Luz natural en la ciudad de la luz
Aunque la electricidad, símbolo de progreso en la década de 1880, iluminó París, el Grand Palais fue diseñado para aprovechar al máximo la luz natural por miedo a que sucediera otro desastre como la tragedia del Bazar de la Charité (1897), en la que murieron centenares de personas atrapadas en un pavoroso incendio. Los múltiples vanos y espacios voluminosos, de los que la Nave es el más emblemático, permiten que la luz del día entre y se disperse por todo el edificio, aunque esta última se fue electrificando a lo largo del siglo.
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La gran(d) reforma
Después de más de un siglo de vida vibrante, el Grand Palais cerró sus puertas en marzo de 2021 para iniciar una importante fase de restauración, que tendrá su primer momento estelar como sede para la esgrima y el taekwondo durante los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de París 2024. Este proyecto de renovación busca devolver al edificio su esplendor original, atendiendo a su debilitado estado y fragmentación. Tras París 2024, reabrirá sus puertas por completo en la primavera del 2025.
Durante este periodo, las actividades culturales han continuado en el Grand Palais Éphémère, una estructura temporal y eco-responsable, diseñada por Jean-Michel Wilmotte en el Campo de Marte que también jugará un papel importante como sede olímpica como el Arena Champs-de-Mars, listo para albergar eventos de judo en las Olimpiadas de 2024.
A partir de ahora, tal vez alguien debería pensar en modificar ligeramente la inscripción original del Grand Palais para incluir el deporte: «Monumento consagrado por la República a la gloria del arte (y el deporte) francés”.