El famoso carro de quesos que el maestro de ceremonias y sumiller, Toni Gerez, empuja cada día ante los comensales con su gran experiencia y pasión por el sector deja siempre la sala en silencio. Su conocimiento de las más de 300 cuñas que pasan cada temporada por el restaurante es tan abrumador que parece cosa de magia, pues además sabe encontrar el que casa con cada cliente según sus gustos.
Desde los que se hacen en cuevas hasta los clásicos manchegos, se despliegan verdaderos experimentos, tradiciones casi desaparecidas; curados, pastas, frescos; con cuchara, a bocados… todo un universo de texturas y olores que supondrá una de las experiencias gastronómicas más increíbles para los amantes del queso.
El resto del banquete culinario con el que deslumbra el chef Javi Martínez no se queda atrás. La cocina ampurdanesa que consolidó durante años junto a Xavi Sagristà se celebra en la mesa con platos que apuestan fuerte por el binomio entre mar y montaña, como el airbag de huevo frito, panceta ibérica curada y camarones.
Este restaurante con Estrella Michelin y Sol Repsol tiene un escenario único, y es que se sitúa dentro de un castillo medieval que, en su interior, esconde el diseño de Sandra Tarruella. Ya sea junto a la ventana, con vistas a los jardines y el lago, en el espacio de la torre o en el resto de la sala, el comensal podrá viajar al pasado sin perder de vista el momento actual.
UNA FORTALEZA POLIFACÉTICA
El gran recinto amurallado que parece salido de una película de cuento de hadas se ubica en el corazón del Empordà entre campos y un discreto núcleo de casas del pequeño pueblo de Perelada. Perelada Resort empezó a construirse en 1923 de mano de la familia Suqué Mateu con el principal motor del amor y la pasión que profesaban por esta región catalana.
En el recinto sobresale el Castillo de Perelada, una fortaleza medieval del siglo XIV con 77.000 m2 de jardines diseñados por François Duvillers. Durante el verano, a los pies del castillo, resurge el restaurante efímero Shiro by Paco Pérez, cocinero que cuenta en su haber con cinco Estrellas Michelin y que da un giro a la actual propuesta sumándole la cocina asiática.
El esperado Festival Internacional de Música Castell Perelada también se lleva a cabo en sus jardines y en el claustro del Convento del Carmen. Estos se convierten en un escenario donde óperas, conciertos y recitales están a la orden del día. Artistas de renombre presentan exposiciones, recitales y coreografías que fascinan a los asistentes año tras año.
Estos espacios, junto a la biblioteca –con más de 100.000 volúmenes y colecciones únicas en el mundo–, el Museo del Vidrio y de la Cerámica y el Museo del Vino, forman parte del recinto histórico y cultural. Pero dentro de esta faceta artística del castillo se esconde un uso más: el de casino, decorado con una elegancia medieval, donde se celebran torneos de póker y se disfruta del juego en el que se considera como el único casino dentro de una fortaleza de la época.
UN TEMPLO VITIVINÍCOLA
Fueron los frailes carmelitas los primeros en traer la tradición vitivinícola a la región.Habitantes del Convento del Carmen durante la Edad Media, fueron el germen de la que hoy es una bodega con vinos reconocidos por las guías internacionales más prestigiosas del mundo. Su tierra rica en pizarra, arena, grava, arcilla y agua genera matices distintos en cada una de las uvas de sus 150 hectáreas de viñedos.
Este es el paisaje en el que se inspiraron RCR Arquitectes para darle un nuevo hogar a la bodega, que se funde con el paisaje de alrededor, brindándole una renovada personalidad. Este gran trabajo tuvo su máxima recompensa en 2021, cuando fue la primera bodega europea en ser reconocida con la calificación LEED® Gold, la mayor certificación mundial de edificación sostenible.
Una de las principales bases de este renacer de la Bodega Perelada es la experiencia de los visitantes, en la que se proyecta el sueño de la familia. Un descenso a las profundidades de la tierra lleva a la introspección en un recorrido laberíntico que da a conocer el proyecto arquitectónico y sigue por pasarelas a tres metros de altura donde puede verse la dinámica de trabajo y la biblioteca de vinos.
Una de las zonas más interesantes es el Templo, donde la luz cenital envuelve en un halo mágico un espacio para la excelencia, la creatividad y la experimentación enológica. Saber de dónde procede la uva, adentrarse en las atmósferas que rodean el mundo del vino y entender el respeto con el que se elabora son algunos de los pilares que quieren mostrarse a aquellos que se acercan a conocer la bodega.
Relax en estado puro
El Hotel Perelada, renovado por la interiorista Sandra Tarruella, que también se encargó del diseño del restaurante, se encuentra a un par de km del castillo. Su diseño, elegante y ecléctico, guarda 54 habitaciones y diez suites de ensueño, donde se respira el relax y la paz de un enclave perfecto para atesorar momentos inolvidables.
El bienestar es la clave de este alojamiento de cinco estrellas. La insonorización de las estancias, además del extremo confort de sus materiales y su diseño, se centran en la armonía del cuerpo y el alma. Para ello, no podía faltar un espacio como su Wine Spa, con zona de aguas y tratamientos holísticos inspirados y basados en la vinoterapia y las propiedades de la uva. Frente al edificio se extiende un magnífico campo de golf para aquellos que prefieran descargar energía durante el día.
La gastronomía también se mima al 100% en el Hotel Perelada. Los mejores vinos y la cocina de la región se sirven en L’Olivera, a cargo del estrellado chef Paco Pérez. Este espacio, sumado al wine bar The 19th, conforman una propuesta informal pero lujosa en la que el paladar se deleitará con los mejores sabores de la región del Empordà, trabajados por las mejores manos de la región.
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