UN HOTEL DEL SIGLO DE ORO
El Tivoli Doelen de Ámsterdam ocupa un elegante edificio de estilo clasicista que mantiene la atmósfera y muchas decoraciones con detalles originales de sus años de esplendor. A ello suma la curiosidad de que está considerado «el hotel más antiguo que se conserva en Ámsterdam», porque se localiza donde hubo una posada medieval. Por si fuera poco, el maestro del Siglo de Oro holandés, Rembrandt, pintó en una de sus paredes su famosa La Ronda de Noche (1639), un cuadro sustituido por una reproducción con el mismo tamaño que tenía (359 x 438 cm) y que hoy decora una de las suites del hotel; el original se exhibe en el Rijksmuseum de la ciudad.
EL MÁS ANTIGUO DE ÁMSTERDAM
El Tivoli Doelen, hoy un alojamiento de cinco estrellas del Grupo Minor Hotels, está considerado el hotel más antiguo de la capital neerlandesa, con la curiosidad añadida que, desde su origen centenario, nunca ha dejado de tener esa función de acogida. El edificio primitivo, construido donde los muros marcaban los límites medievales, fue primero una posada medieval. Hacia el siglo XVII pasó a utilizarse como cuartel de las milicias civiles que defendían la ciudad en tiempos del Siglo de Oro. A aquellos milicianos o kloveniers se les identificaba por su vestimenta, con mosquetones y lanzas, la misma que aparece en muchas pinturas de Rembrandt y otros artistas coetáneos. Donde hoy se contempla el edificio del siglo XVI, asomado precisamente al canal Kloveniersburgwal que toma el nombre de los milicianos, hubo antes una posada en la que pernoctaban comerciantes y marineros. Había sido abierta en el centro medieval de Ámsterdam, junto a sus murallas y cerca de muchos edificios de entonces. En el interior del Tivoli Doelen aún se puede apreciar un tramo de la muralla del 1482.
EL HOTEL QUE ESCONDIÓ LA RONDA DE NOCHE
Cuando Rembrandt fue contratado en 1639 para decorar una de las habitaciones del antiguo establecimiento, el pintor vivía en un edificio anexo. El encargo era una obra enorme para cubrir uno de los muros que había formado parte de la fortificación de la ciudad. Recibió por su trabajo 1.600 florines, todo un récord para su época. El artista holandés finalizó el cuadro en 1642 y allí permaneció colgado durante más de 100 años, hasta que fue trasladada al famoso Rijksmuseum de la ciudad.
La historia del Tivoli es también la del cuadro La Ronda de Noche. En la actualidad, los huéspedes que desean contemplar el lugar para el que fue creado, hoy con una réplica, pueden solicitar en su reserva la suite 105. Por otro lado, muchos rincones del hotel se inspiran en sus creaciones y en su paleta de colores. Los números de las habitaciones, por ejemplo, se indican con paneles con primeros planos de personajes que aparecen en el cuadro.
HABITACIONES CON VISTAS ICÓNICAS
Junto a la historia y la belleza del edificio y el trato impecable que ofrece el personal del alojamiento, el emplazamiento del Tivoli Doelen es otro de sus puntos fuertes. Se halla junto a la esquina donde las aguas del río Amstel, el que dio nombre a la ciudad, se desvían de manera súbita hacia el canal Kloveniersburgwal. La gran mayoría de las habitaciones así como el restaurante siguen disfrutando de vistas al canal sobre el que se despuntan las torres de varias iglesias que se iluminan al anochecer. Las postales que se contemplan a través de los grandes ventanales del establecimiento parecen salidas de una pintura de algún maestro del Siglo de Oro holandés.
El hotel Tivoli Doelen de Ámsterdam cuenta con 81 habitaciones, casi todas con vistas al canal y mucha luminosidad. Además de la Rembrandt Suite (47 m2) y la Suite Emperatriz (51 m2), el alojamiento dispone de otras 5 suites (de 51 a 34 m2), 23 habitaciones Deluxe 25 m2), 44 Superior Room (20 m2) y 7 Small Superior Room (16 m2).
DORMIR COMO reyes
Después de que las milicias holandesas del Siglo de Oro depusieron sus armas, el establecimientos se dedicó a acoger banquetes y fiestas, por lo que era un lugar habitualmente frecuentado por personalidades de la época. Cuando se convirtió en hotel el año 1815, reyes, artistas y otras figuras que llegaban a la ciudad se alojaban en él; es el caso de Elisabeth de Austria, que se hospedó a partir del año 1884 y que actualmente da nombre a la Suite Emperatriz, que conserva la lámpara de araña original. Se sitúa en el ala del hotel que solía reservar entera la emperatriz Sisi cuando acudía a Ámsterdam para visitar a su médico.
El Tivoli Doelen mantiene la atmósfera clásica y la detalles de la elegante decoración original de aquellos años de esplendor, ahora recuperadas en diversos espacios como el vestíbulo, cuyo techo y paredes están delicadamente ornamentadas como en aquellas épocas de fiestas, tertulias, banquetes y visitas reales. Los rellanos de los pisos y las escaleras son otra maravilla, iluminadas en algunos tramos con bellas vidrieras y claraboyas.
RESTAURANTE OMBER, menús con toques holandeses
El restaurante Omber es otro atractivo a descubrir durante la estancia en el hotel Tivoli Doelen de Ámsterdam, tanto por sus vistas sobre los canales como por su oferta gastronómica. Su carta reivindica productos típicos holandeses, con especial atención a la temporalidad. No faltan los platos de pescado y las tablas de quesos, que proponen ir descubriendo las numerosas variedades. Una originalidad es que sus platos intenta plasmar en las presentaciones los colores que utilizaba Rembrandt en su paleta, de colores cálidos, desde marrones a verdes oscuros.
Por su lado, el Omber Bar propone cada día a media tarde un punto de encuentro para los huéspedes que lo deseen, ofreciéndoles, por ejemplo, un té y un tentenpié como el típico sandwich de arenque que solía tomar Rembrandt cuando trabajaba, junto a un chupito de jenever holandés, ginebra que sigue destilándose igual que en la época del pintor.
El Omber es también el escenario donde muchos fines de semana (o bajo petición) se realizan audiciones de música clásica como por ejemplo conciertos de arpa. También seorganizan exposiciones de arte y talleres artísticos como el de pintura, durante los cuales se aprenden de las técnicas que se utilizaban en la época de los maestros barrocos. De estas y otras actividades informan en la recepción del hotel.
DEL TIVOLI A LA CASA DE REMBRANDT
El Tivoli Doelen de Ámsterdam está asociado a la casa-museo de Rembrandt, uno de los lugares más visitados de la ciudad, ofreciendo su entrada gratuita. Situado a poco más de cinco minutos a pie desde el hotel, su visita plasma perfectamente la historia del artista y su familia, viendo cómo vivía el pintor y los burgueses del Siglo de Oro holandés. Se sitúa a dos canales del hotel, pasando a través de algunos de sus puentes más curiosos.
Además, desde el Tivoli Doelen se puede llegar caminando a otras muchas atracciones del núcleo original de la ciudad que se localizan a escasos minutos a pie del hotel. Es el caso del mercado de flores, las llamadas Casas Danzantes, la animada plaza Rembrandt con sus cafés o el fuerte De Waag, un edificio del siglo XV en Nieuwmarkt, que originalmente era una puerta de la ciudad. Lo mejor es recorrer las calles y canales cercanos a pie, unos animados con tiendas, restaurantes y los típicos coffe shops de la ciudad, y otros invadidos por un silencio agradable. Y es que la antigua zona medieval de Ámsterdam en la que se emplaza el hotel Tivoli no es tan recomendable para el coche como para descubrir a pie o en bicicleta. El Tivoli también organiza paseos privados en bote por los canales cercanos al hotel.
CÓMO ACCEDER AL HOTEL
La puerta de entrada al Tivoli Doelen Amsterdam se halla en la calle Nieuwe Doelenstraat 24. Es muy fácil llegar hasta el hotel. Se sitúa a poco más de cinco minutos a pie de la plaza Dam, centro y nudo de comunicaciones de la ciudad, y junto a la avenida Roken, por la que circulan varias líneas de tranvía y de autobús. En metro, la parada Roken es la más cercana al establecimiento. Está a una sola estación de la emblemática Centraal Station de Ámsterdam, la principal entrada a la ciudad desde el aeropuerto, situado a un breve trayecto de 15 o 20 minutos en tren.