El monasterio de Girona que tiene una de las portadas románicas más impresionantes de Europa


Es bien sabido que la gran joya pictórica del románico catalán es el Pantocrátor de Sant Climent de Taüll. Sin embargo, cuando hablamos de escultura, el protagonismo se lo lleva una obra menos conocida por el público general, pero igual de valiosa: la portada del monasterio de Santa María de Ripoll. 

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Foto: AdobeStock

Una joya románica del siglo XIII

La historia de este edificio se remonta a finales del siglo IX, cuando Guifré el Pelós, conde de Barcelona, y su esposa Guinedila, decidieron fundar un monasterio para repoblar el valle de Ripoll. Gracias a la protección de los condes, la abadía prosperó rápidamente y, en el siglo X, se convirtió en un centro cultural de referencia de la Europa de la Edad Media. Destacó, sobre todo, por su magnífica biblioteca, cuyos libros sirvieron como modelo para los monjes para copiar e ilustrar valiosos manuscritos. 

 

A mediados del siglo XIII, se construyó en el monasterio una portada adosada a la anterior para decorar la entrada principal a la basílica. Los monjes la apodaron “la joya de la corona”, por su indiscutible belleza y la cantidad de detalles que contenía. Esta portada facilitó a la población rural –y, en su gran mayoría, analfabeta– a reconocer los iconos bíblicos representados y, de esta manera, aprender la historia que cuenta la Biblia. Y, con el tiempo, se convirtió en una de las muestras románicas más importantes no solo de Cataluña, sino del mundo. 

Ripoll

Foto: Shutterstock

El interior de la iglesia contrasta con su ostentosa entrada. Esta gran basílica fue consagrada por el abad Oliva en el año 1031 y sufrió varias modificaciones a lo largo de los siglos, sobre todo después del terremoto de 1428 y de los destrozos causados por diversos conflictos bélicos. Su forma actual corresponde a la última remodelación, llevada a cabo en el siglo XIX, que respetó el estilo románico lombardo del templo original.

Monasterio de Santa María de Ripoll

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Pasear por el claustro y la necrópolis

Otro de los grandes atractivos del monasterio de Santa María de Ripoll es su maravilloso claustro. Este destaca por su planta trapezoidal y por sus capiteles románicos, cuya ornamentación altera motivos vegetales, geométricos e historiográficos. Aguzando la vista, uno también puede encontrar figuras humanas, ángeles e incluso monstruos extraños y seres mitológicos.

 

El monasterio también esconde un valioso mundo subterráneo descubierto a raíz de unas excavaciones arqueológicas realizadas entre 1968 y 1976, que sacaron a la luz una antigua necrópolis ubicada en el subsuelo de la iglesia. Durante la visita a la necrópolis se pueden contemplar 65 tumbas de diferentes siglos, las más antiguas de las cuales se remontan al siglo VII.

 




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