De todos los templos que existen en Tailandia hay uno que destaca por romper por completo con los canónes de la arquitectura tradicional que cabe esperar en los centros de culto dedicados al budismo e hinduismo. Es el caso del templo no convencional de Wat Rong Khun, cuyo nombre se traduce como «centro de la urbe». Se encuentra en la ciudad de Chiang Rai, al norte del país. Esta obra arquitectónica fue creada por el artista visual tailandés Chalermchai Kositpipat, quien suele fusionar imaginería budista e hinduista con elementos de la cultura pop.
![Templo Blanco](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/04/10/templo-blanco_99b06fc4_753839484_240410112251_1200x800.jpg)
Con el propósito de rendir un homenaje a Buda e impulsar a la vez el turismo en la zona, en 1997 se lanzó a construir este peculiar templo en su provincia nativa. La marea de visitantes que se acercan a descubrir este insólito lugar no ha hecho más que crecer en los últimos años, y es que el Wat Rong Khun esconde algunos secretos que lo convierten en un sitio único en Tailandia:
A simple vista llama la atención por la presencia de un solo color, el blanco nuclear. A esta composición se han añadido cristales y espejos que generan impresionantes juegos de luz, incluso cuando la Luna saque todo su esplendor. El acceso principal al templo se hace a través del Puente del Ciclo de la Reencarnación, una metáfora para describir el paso de la vida a la muerte. A ambos márgenes de este puente emergen incontables manos blancas que parecen suplicar ayuda, lo que provoca un remolino de emociones desde el primer momento. La escena cambia a medida que se llega al edificio principal, y adopta un tono más optimista que simboliza la plenitud tras vencer las tentaciones.
La Puerta del Cielo a la que se llega a través del puente está protegida por criaturas que simbolizan la muerte. Otro de los espacios que constituyen este recinto es la Casa Dorada, que representa la relación entre los seres humanos y las riquezas como una invitación a mirar más allá de las posesiones materiales.
TESOROS CONTEMPORÁNEOS
Asimismo, el templo Wat Rong Khun es diferente a cualquier otro del territorio por contar con una sala de reuniones o usobot. Este espacio evoca la pureza y la sabiduría de Buda y está embellecido con piezas de vidrio.Al entrar en esta sala, más de un viajero se queda boquiabierto mientras observa cada detalle que forman los coloridos frescos bañados en oro: figuras mitológicas y personajes de cómics, naves espaciales, rascacielos envueltos en una nube de humo, extraterrestres, Neo de Mátrix, Superman, el gato cósmico Doraemon… y hasta Minions.
Una ornamentación de lo más ecléctica que no suele ser propia de los sitios como este. «La muerte podrá detener mi sueño pero no podrá parar mi proyecto», argumenta su creador, y deja claro que Wat Rong Khun seguirá cobrando fuerza y sumando nuevos espacios que no dejarán indiferente a quien lo visite.