Este es de los pocos lugares en el mundo en que Julio Verne haría realidad su fantasía de viajar al centro de la tierra. Una aventura mucho más asequible que la literaria, gracias a la peculiaridad geológica de Cabo Ortegal por la que el “centro de la tierra” está presente a ras del suelo: los visitantes pueden observar materiales del manto terrestre que normalmente deberían estar a 70 km de profundidad. Este patrimonio geológico tan singular fue uno de los principales valores que hicieron posible su declaración Unesco Global Geopark, el segundo en Galicia de los quince ya declarados en España.
EL CABO QUE DA NOMBRE AL GEOPARQUE
El cabo Ortegal, que da nombre a este geoparque mundial de 632 km2 repartidos entre siete municipios, es el lugar más icónico de este viaje hasta el “centro de la Tierra”. Presidido por un moderno faro rojo y blanco, el viajero podrá observar unas sorprendentes rocas afiladas que emergen del mar, llamadas Os Aguillóns, de gran importancia geográfica: el km 0 entre el mar Cantábrico y el océano Atlántico.
Desde época fenicia, los barcos que llegaban a este lugar sabían perfectamente que estaban en la “esquina” de la península ibérica. O dicho de otra manera, que se hallaban frente la divisoria entre el mar Cantábrico y el océano Atlántico. El barco cuyo destino era Inglaterra o Irlanda seguía hacia el norte y aquel que se dirigía hacia Francia debía girar hacia la derecha. La importancia de este lugar se refleja en unos textos clásicos del siglo I d. C en que Ptolomeo, el astrónomo y geógrafo griego, menciona los picos rocosos Os Aguillóns como el Trileuco (los tres blancos). Posiblemente hacía referencia a la espuma blanca de las olas, aunque no se sabe muy bien. Estos sitios geográficos, así como el faro de Hércules, eran fundamentales para la navegación antigua.
![Cabo Ortegal](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/03/08/cabo-ortegal_dfefd5d9_240308114953_1200x899.jpg)
PANGEA, LA GRAN CULPABLE
Lo increíble de este lugar es que se pisa el manto terrestre cuando lo normal es pisar la corteza. Para explicar este fenómeno, hay que remontarse a unos 350 millones de años cuando colisionaron los continentes de Laurussia y Gondwana, dando lugar al supercontinente Pangea, y a la mayor cordillera del mundo, hoy desaparecida. La mayoría de las rocas de este geoparque emergieron a la superficie en aquel momento, de las profundidades de la tierra.
Una de estas rocas es la eclogita, una roca negra de una dureza extrema del manto terrestre que se caracteriza por tener unos puntos rosados del mineral granate. Esta singular roca se forma a muchos kilómetros de profundidad por lo que es casi imposible verla a flor de tierra. Si bien es cierto que asoma en otras partes del planeta, es aquí donde se produce el mayor afloramiento.
UNA PLAYA ÚNICA EN EL MUNDO
Otro enclave de gran importancia geológica es la playa de Teixidelo, la única del planeta de arena negra no volcánica, ubicada al pie de los acantilados más altos de la Europa continental, los de Vixía Herbeira. Tanto la playa como los acantilados están formados por peridotitas y piroxenitas, que al igual que la eclogita, son rocas propias del manto terrestre. Su difícil acceso aún la hace más especial. Es por ello por lo que se recomienda realizar la Georuta de Praias Negras durante los meses de verano. Es una ruta corta, de unos seis kilómetros, pero complicada y requiere estar en buena forma física. Acompañado por un guía especializado, se observa la cascada y la falla de Teixidelo, una estructura geológica que discurre por un hermoso valle de origen glaciar.
UNA RÍA MUY ESPECIAL
El geoparque de Cabo Ortegal, además de tener una gran importancia para la geología mundial, aporta también un gran valor biológico. La ría de Ortigueira, entre Cabo Ortegal y Estaca de Bares, es muy atípica ya que, en lugar de desembocar un río como en todas las rías, aquí lo hacen dos, el Mera y el Baleo. Cuenta con muchos recovecos y una considerable influencia continental, por lo que algunos especialistas la contemplan como una ría-estuario. Un entorno que funciona como un humedal de primer nivel. Es zona Ramsar, un listado de humedales de importancia internacional que son protegidas, y es también zona ZEPA (Zona Especial de Protección de Aves).
Una gran cantidad de aves migratorias, en su viaje del norte al sur de Europa, utilizan la ría de Ortigueira como un lugar de descanso y alimentación. En marea baja, se convierte en una inmensa zona de limo, de arenas, de cañaverales, de marismas, que lo convierte en un enclave muy interesante desde el punto de vista de la fauna y la flora.
![Cabo Ortegal](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/03/08/cabo-ortegal_dbc7bafb_240308115201_1200x801.jpg)
El mejor banco del mundo
El geoparque puede recorrerse en coche o en el ferrocarril de vía estrecha (FEVE). Una buena alternativa es el Tren de los Faros, organizada por Turismo de Galicia y Renfe en verano, que combina tren con autobús y con explicaciones de un guía oficial.
El inicio de la ruta es Cabo Ortegal, con unas fantásticas vistas, la siguiente parada son los acantilados de Vixía Herbeira, un balcón natural de 620 m de altitud. El recorrido continúa en San Andrés de Teixidó, un santuario mágico y lugar de peregrinación. La ruta sigue en Estaca de Bares, el punto más septentrional de la península, cuyo faro es hoy un pequeño hotel. Muy cerca se halla Viveiro, conocido por su casco antiguo repleto de tabernas. Y como colofón, el visitante se asoma a los acantilados de Loiba, y desde el “mejor banco del mundo” se contempla la impresionante panorámica que abarca desde Cabo Ortegal hasta Estaca de Bares.