En el pequeño pueblo de Nishiawakura, en la prefectura de Okayama, se da un fenómeno natural durante varias semanas de julio. La himebotaru (o hemi), una especie de luciérnaga endémica de Japón, se diferencia de otras por vivir en los bosques. El 93% de la ciudad está cubierta de montañas donde los cedros se alzan al cielo en el bosque natural Wakasugi, lo que lo convierte en el lugar perfecto de residencia de estos animales.
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A diferencia de la luciérnaga genji, – que pueden verse de mayo a junio – y la luciérnaga heike, la luciérnaga hime es una luciérnaga terrestre cuyas larvas viven en la tierra, y comúnmente se la llama luciérnaga Mori o Kinbotaru debido a su pequeño tamaño y su destello intermitente de luz de un color dorado intenso. Al contrario de otras que prefieren el agua, ellas suelen vivir en bosques de bambú, santuarios, cementerios y bosques de montaña.
En el pueblo de Nishiawakura viven en las faldas de las montañas y en plantaciones bien cuidadas. En particular, son las que se sitúan alrededor de la estación de esquí de Ogaya y el bosque natural de Wakasugi, sus hábitats más famosos. Su aparición suele durar solo desde la segunda semana de julio hasta la última, pero la forma en que brilla en su punto máximo es tan mágica que se describe normalmente como una alfombra de luz.
![Luciérnagas Japón](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/06/06/luciernagas-japon_6225c061_240606162321_1200x800.jpg)
Para verlas, es importante seguir una serie de indicaciones y ser totalmente respetuosos con el entorno. Algunos de los consejos más comunes es acercarse a la estación de esquí o al campamento Omoya, en el bosque de Wakasugi, y llegar antes del atardecer para poder encontrar aparcamiento si se va con vehículo.
Además, es importante saber que no aparecen durante toda la noche, sino durante muy poco tiempo, normalmente justo cuando anochece, durante una hora. Suelen ser los días más húmedos y calurosos, con nubes y sin viento, en los que asoman. Para una correcta observación, es importante no entrar en zonas de hierba ni río, por la posibilidad de aplastarlas, ni encender ningún tipo de luz o hacer ruidos que puedan espantarlas.
![Luciérnagas Japón](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/06/06/luciernagas-japon_7224e65b_240606162352_1200x800.jpg)
Protección de las luciérnagas
Las luciérnagas siempre han sido objeto de veneración en Japón. No solo existen canciones en su honor, sino que en el periodo Edo, muchos artistas representaban escenas de luciérnagas y personas que intentaban tocarlas. junto a la observación de cerezos en flor y de la luna, ir a la caza de estos espectáculos de luz ya es todo un acontecimiento en la cultura nipona.
Por otro lado, la presencia de estos seres también es garantía de un ecosistema sano. La contaminación de los ríos imposibilita su supervivencia, por lo que Okoyama decidió sensibilizar a la población sobre cómo protegerlas y cuidar el medioambiente.
Se han creado mapas de vuelo de luciérnagas dentro de la prefectura y algunos lugares son designados como monumento natural por ser zonas de cría y de hábitat de estos animales. De hecho, se están empezando a crear “aldeas de luciérnagas” para fomentar el crecimiento y la aparición natural de estos insectos luminiscentes.