le castillet: ENTRE MURALLAS, ENTRE BARROTES
Este gigante de color rojizo es conocido como el símbolo de Perpignan. Fue construido en ladrillo y mármol por encargo de Juan I de Aragón (1368), y después se le añadió una terraza y una pequeña torreta coronada por una cúpula. A lo largo de su historia ha funcionado como acceso al recinto amurallado de la ciudad y como prisión de estado. Actualmente, Le Castillet alberga el Museo Catalán de las Artes y Tradiciones Populares, también llamado Casa Pairal.
Sus imprescindibles
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Patrimonio de la Humanidad desde 1997, este impresionante capricho medieval es más fácil de conquistar de lo que parece.
camposanto de perpignan: el precio de la muerte
Cuatro galerías cubiertas por un tejado de madera forman este cementerio-claustro del siglo XIV, uno de los pocos de época medieval que perviven en el país. Su única nave está flanqueada por capiteles tallados en estilo gótico en el que se exhibe el escudo de las familias más pudientes de Perpignan. Precisamente, los restos de este grupo social descansan en los nichos emplazados en tres extremos del camposanto, mientras que los fallecidos con menos poder económico fueron destinados al osario. Al noreste, la capilla funeraria dedicada a San Juan Evangelista está embellecida con vidrieras contemporáneas de la artista Shirley Jaffe. Sin alejarse de este punto se puede contemplar la catedral de San Juan Bautista de Perpignan, que contiene el sepulcro real de Sancho I de Mallorca.
el capricho de jaime ii de mallorca
Si hay un edificio que representa el momento de mayor esplendor del Rosellón y de Perpignan es este rincón. Recorrerlo permite asomarse por unos instantes al reinado de Jaime II de Mallorca, quien dio la orden de levantar este castillo y declaró esta urbe como capital continental del reino de Mallorca. Al adentrarse en esta ciudadela se revela un imponente castillo medieval que cautiva por su patio central, sus grandes muros de piedra, su pozo y sus escaleras. A modo de curiosidad: la construcción de este edificio arrancó en estilo románico tardío pero derivó hacia la corriente gótica con ciertos toques mudéjares debido a la influencia española.
El río monumental
Castillos del Loira: la mejor ruta para descubrir el Valle de los Reyes
A las orillas del Loira han construido sus castillos y residencias los soberanos de Francia, y se han paseado los personajes más ilustres de la literatura y el arte
LONJA DE MAR: sobre carabelas y cuerpos alados
Antigua Bolsa de Comercio y sede del Consulado de Mar que regulaba el comercio marítimo de Perpignan, aunque después la lonja también fue utilizada como teatro y café. Hoy en día esta construcción se han reaprovechado como Oficina de Turismo de la ciudad. Su exterior está custodiado por varias gárgolas y barcos de hierro forjado en miniatura.
AYUNTAMIENTO de perpignan: aires del mediterráneo
Situado en la plaza de la Lonja, es un ejemplo muy ilustrativo de la arquitectura más típica del Rosellón: fachada de piedra redonda, pórticos y rejas de hierro forjado. Una de las razones que justifican su visita es la escultura que preside el patio del ayuntamiento: se trata de El Mediterráneo, obra de Aristide Maillol. Dentro, el techo del antiguo Salón de los Cónsules mantiene viva la herencia artística hispano-morisca.
parque Bir Hakeim: ECOS DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL
Pulmón verde de tres hectáreas en el centro urbano que se sitúa sobre los antiguos fosos de las murallas. En este pequeño remanso de paz, turistas y locales se cobijan a la sombra de los árboles y pasean sin prisa entre estanques, fuentes y monumentos memoriales. De hecho, el espacio debe su nombre a la batalla librada entre la Brigada francesa de Kœnig y las tropas del Afrika Korps en el desierto de Libia durante la Segunda Guerra Mundial (1942).
Casa Xanxo: vender el alma al diablo
Originalmente fue la residencia de Bernat Xanxo, un exitoso comerciante de telas. En su momento disponía de una sala de recepción, varios almacenes y una bodega en la que guardar la mercancía. Esta residencia de gusto catalán todavía acapara miradas curiosas, y es que la fachada de este monumento histórico luce un portal de entrada en mármol esculpido. A media altura aparecen representados los siete pecados capitales y el infierno en forma de animales y personajes enigmáticos, como el león que simboliza el orgullo.
CONOCER LA TRADICIÓN JOYERA DE PERPIGNAN
Decir Perpignan y decir granate es lo mismo, ya que esta ciudad es el centro histórico de producción de joyas a partir de esta piedra preciosa. Lo sabe bien el reconocido maestro joyero Maxime Creuzet Romeu, quien en 2011 tomó las riendas del taller que solía regentar su padre en el número 9 de la Rue Font-Froide. Después de pasar por sus minuciosas manos, las gemas de colores volcánicos cobran una nueva vida: anillos marquesa, cruces Badine o piezas mucho más complejas, como el collar pluma. “Todo se hace aquí, desde el diseño y la fabricación hasta la red de proveedores de piedras”, matiza. Entrevistas previas con clientes y bocetos en papel y a ordenador dan como resultado joyas irrepetibles que reflejan el gusto de cada persona hasta en el último detalle.
No hay escuelas concretas para enseñar a tallar granate: las técnicas ancestrales se transmiten de generación en generación, de ahí que la cifra de joyeros que trabajen este material en Francia no supere los quince. Tal y como señala el especialista, la paciencia es necesaria desde el periodo de formación, y es que se requiere por lo menos una década para aprender a trabajar esta piedra preciosa.
Cómo paladear perpignan
Dos paradas imprescindibles: la primera es Casa Sansa, el restaurante más antiguo de Perpignan en el que se reunían artistas e intelectuales de la talla de Dalí o Picasso. Ubicado a tiro de piedra de la Lonja de Mar, este local que huye del minimalismo concentra los sabores de la cocina tradicional catalana con acento francés, y viceversa. Otro de los iconos culinarios de Perpignan es el Cafe Vienne, en la plaza François Arago. El viaje arranca con bocados marítimos como las ostras, las gambas rebozadas en panko con guacamole y tartar de tomates y mango o los mejillones gratinados al alioli. En cuanto a los platos principales, el pato confitado es una de sus apuestas por el éxito.
Este coqueto establecimiento que se viste de art decó concluye su propuesta gastronómica con una selección de postres que llevan el sello de Olivier Bajard, quien ya se ha metido en el bolsillo los títulos de Mejor Artesano Pastelero de Francia y Campeón del Mundo de los Oficios del Postre. En el Cafe Vienne laten algunas de sus creaciones dulces con personalidad propia -La Casot, Le Croustichoc o Le Fraîcheur citron-, aunque todo viajero que se quede con ganas de más siempre puede visitar las boutiques de repostería de Olivier Bajard en el corazón de Perpignan.
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