El patrimonio artístico, cultural y natural de Cuzco (Perú) es inmenso y variado. Sin embargo, hay quienes desconocen la historia de la Capilla Sixtina del continente americano. Constituye uno de los mayores atractivos de la ciudad y distrito de Andahuaylillas, y es todo un icono de la arquitectura colonial del siglo XVI.
Situada en plena Plaza de Armas, este peculiar edificio se conoce como Iglesia de San Pedro Apóstol, y su construcción se atribuye al virrey Francisco de Toledo. Según han revelado estudios posteriores, fue levantada desde cero por los españoles y no se han encontrado evidencias de estructuras de templos incas preexistentes. En cambio, sí que se utilizaron terrenos de las comunidades locales para edificar este lugar de culto.
Lo más impactante de este recinto religioso es su interior, convertido en un festival de colores y refinados detalles. En las paredes anchas aparecen retratadas escenas protagonizadas por figuras bíblicas y santos, todas ellas en una intrincada composición en tonos vibrantes.
Dentro se puede admirar un cuadro de la Virgen de la Asunción, creado por el artista español Esteban Murillo. Otros de los murales allí presentes son obra del artista peruano Luis de Riaño, como el Bautismo de Cristo o La Anunciación.
HORROR VACUI ANDINO
Sorprende el techo abovedado de la Iglesia. Sin dejar ni un solo hueco sin embellecer, este rincón evoca la atmósfera celestial de la Capilla Sixtina de Buonarroti en el Vaticano. El recorrido tiene como punto central el altar, donde un imponente retablo tallado en madera dorada acapara todas las miradas. En su superficie cobran vida esculturas y pinturas en relieve que rescatan pasajes de la Biblia y manifiestan la devoción hacia San Pedro.
Se sabe que estas ilustraciones fueron diseñadas con fines didácticos, puesto que fueron utilizados en los procesos de evangelización llevados a cabo por cristianos españoles.