En el curso del río Taxume, cruzando las Rías Baixas, el paraíso natural ofrece no solo paisajes dignos de una acuarela, sino también lugares de baño que dan un respiro durante el verano. Algunos de ellos son las pozas de Bugalleira,ubicadas entre el municipio de Loureza y el de Oia, basta con seguir la carretera que une a ambas para encontrar este oasis a pocos metros del asfalto, lo que la hace bastante accesible.
![Pozas de Loureza](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/06/19/pozas-de-loureza_e4cd1c6d_240619161912_1200x1000.jpg)
Bajando de las sierras de Argalo y A Groba, el río Tamuxe, también conocido como Carballo o Carballal, surca las piedras graníticas creando numerosas y famosas pozas a lo largo de su bajada hasta el mar. Las cascadas y piscinas naturales que se forman son una maravilla paisajística también durante las épocas más frías, pero es innegable que su esplendor es en verano, cuando sus visitantes buscan calmar el calor.
Las aguas puras y cristalinas de este enclave son de las preferidas por los gallegos y visitantes. Pero las pozas de Bugalleira son generosas, y comparten su atractivo con otras zonas que el río Taxume dibuja a su alrededor y que también son motivo de frecuentes excursiones. Unidas por una ruta de senderismo se encuentran las pozas de Loureza y el Pozo do Arco.
Este camino forma parte de un sendero circular de 12,5 km de longitud y de 350 metros de desnivel positivo que conecta Loureza y Burgueira, pero que también se puede hacer simplemente por tramos. Si se inicia en Loureza, se camina desde la iglesia parroquial hasta las pozas da Bugalleira. Desde Burgueira, la iglesia local también marca el punto de inicio.
![Pozo do Arco](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/06/19/pozo-do-arco_8a41d3c2_240619161719_1200x1135.jpg)
Sea como sea, la recomendación es aparcar en alguno de los dos municipios y caminar hasta las pozas, ya que los márgenes de la carretera en ocasiones no son suficientes para la cantidad de visitantes.
En ambas direcciones, el sendero se adentra en un bosque marcado por la vegetación de río, pero también por construcciones como hórreos, cruceiros y petos de ánimas, elementos etnográficos que se entremezclan en el recorrido con puentes y parroquias como Refoxos y Bonaval.
Uno de los lugares más destacados es el Pozo do Arco, donde un puente de madera cruza el río Taxume junto a un molino hidráulico rodeado de merenderos y un área recreativa. Su poza, de once metros de profundidad, es la mayor de todas. Sin embargo, a lo largo del recorrido también aparecerán numerosas pozas, algunas más pequeñas que otras, que a pesar de no tener nombre, también vale la pena relajarse en ellas.