La carretera que une Mascate y ciudad del Sur (Omán) atraviesa uno de los paisajes más impresionantes del país. Más concretamente, se trata de un pozo natural de aguas de color esmeralda y turquesa. Se emplaza en el parque Hawiyat Najm, y se le conoce como Sumidero de Bimah.
Cuarenta metros de diámetro, veinte de profundidad y rodeado de paredes rocosas. Así es este cráter o piscina natural al que se accede bajando por unas escaleras. Según el relato omaní, el sumidero de Bimah se originó tras la caída de un meterorito en la tierra, lo que explicaría el nombre que recibe en árabe: Hawiyyat Najm, «el pozo de la estrella caída». La hipótesis científica, no obstante, apunta a que este fenómeno natural se produjo a causa de la erosión.
![sumidero1](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/03/06/sumidero1_055c9adb_240306135155_1200x1799.jpg)
El sol es abrasador y el calor no da tregua. Locales y turistas se apean en torno a este agujero en la superficie terrestre para sumergirse en él. Es más que posible que durante el baño alguien perciba leves mordiscos en los pies: los responsables son los peces aficionados a exfoliar las pieles muertas.
Este sinkhole se ubica a solo 600 metros del mar, lo que permite darse un refrescante chapuzón antes de relajarse en una preciosa playa de rocas y agua cristalina. La visita se puede completar recorriendo los pueblos costeros de Ḑibāb and Bamah.