Se cuenta que de aquí salía en procesión la Santa Compaña y que las aguas de este mar son fuente de vida desde tiempos de los fenicios y celtas. Algo de todas esas creencias queda cuando se celebran los festejos en honor a la Virgen de A Lanzada. Entonces acontece el popular «baño de las nueve olas», que se realiza junto a la ermita románica de Santa María. Es el momento más esperado de la romería.
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La leyenda de las nueve olas
Según la tradición, las mujeres que deseen ser madres o encontrar pareja sólo deben introducirse en el mar para que pasen sobre ellas nueve olas. El baño solo tendrá efecto si se realiza antes del amanecer y con la luna en creciente. No será por las propiedades fertilizantes, pero la playa de Lanzada suele ser reconocida cada año como Bandera Azul. De hecho, fue una de las playas españolas pioneras en lucir el galardón. De la calidad de sus aguas dan fe los grupos de delfines que los pescadores suelen ver cerca de la costa.
![Ermita A Lanzada](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/06/25/ermita-a-lanzada_36612b71_2382222131_240625074222_1200x800.jpg)
Incluida dentro del Complejo intermareal Umia-Grove, A Lanzada está rodeada por un amplio espacio dunar protegido que la separa del tráfico de la autovía que corre paralela a la costa. Desde la arena blanca se puede observar a lo lejos, casi como si hiciera equilibrios en la fina línea del horizonte, la isla de Ons, a donde se puede acceder en barco desde Sanxenxo. Aquí son bien recibidos incluso el fuerte oleaje y los vientos intensos, pues entre su público se encuentran numerosos aficionados al surf y al kitesurf.
![Istmo de La Lanzada](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/06/25/istmo-de-la-lanzada_3c6d7d74_240625074236_1200x800.jpg)
Atardeceres mágico en A Lanzada
A Lanzada es una de las playas más extensas del litoral de Galicia y, de hecho, se divide localmente en tres tramos: el de Áreas Gordas, junto a la ermita de Nuestra Señora de A Lanzada; al norte, la playa de Lapa; y, finalmente, la parte que se abre tras el Islote Colmado hasta Punta de Raeiros. Por ello, y a pesar de que la costa de Sanxenxo sea una de las más deseadas en verano, en A Lanzada siempre hay espacio para poner la toalla y la sombrilla.
Tal vez sea la acumulación de atractivos lo que hace que desde hace más de tres décadas se la disputen los ayuntamientos vecinos de O Grove y Sanxenxo. Más allá de pleitos, queda la rotunda belleza natural. Mejor disfrutarla al caer la tarde desde las amplias plataformas de madera que hay para salvar el sistema dunar, cuando el crepúsculo llena el paisaje de un áurea mágica muy especial. Antes de irse, hay que cumplir con las indicaciones inscritas en la propia ermita: ”una vuelta darás en ella, has de barrer, tres monedas has de dejar si para el año quieres volver”.