Si hay algo que abunda especialmente entre el patrimonio arquitectónico de Italia son los templos religiosos católicos. De hecho, Roma está reconocida como la ciudad con más iglesias del mundo. Aunque la variedad no es un problema, hay muchos viajeros que centran su itinerario únicamente en las catedrales e iglesias más populares de Florencia, Roma, Milán, Venecia o Siena; por lo que se vuelven a casa sin haber visitado otras menos conocidas. Para darle una vuelta al recorrido habitual, aquí va una selección de catedrales impresionantes y alternativas que se esconden en diez ciudades de Italia:
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Basílica Catedral de San Nicolás Peregrino, TRANI
Sostenida entre el mar y el cielo por hilos invisibles, esta joya del románico ápulo se construyó sobre un templo paleocristiano del siglo V d.C. que después fue derruido para guardar los restos del patrono de Bari, San Nicolás Pellegrino. De interior austero, la belleza de este edificio de finales del siglo XI está en su exterior embellecido con mármol rosado que brilla cuando le da la luz. Destaca su imponente campanario de 59 metros de altura, su llamativa cripta de Santa Maria della Scala y su portal de bronce con paneles modelados en bajorrelieve con temática sagrada.
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Catedral de San Jorge Mártir, ferrara
Es algo así como un cruce de caminos entre las corrientes románica, gótica y barroca que ha experimentado varias reformas desde su construcción en el siglo XII. Uno de sus elementos característicos de este templo es su fachada tripartita en vertical con un extremo superior cargado de arcos, columnas y rosetones. El campanario de Leon Battista Alberti también merece una mención a pesar de no estar terminado.
Catedral de Palermo
Herencia de la fusión artística normando-árabe-bizantina, esta catedral está reconocida como Patrimonio de la Unesco. Fue levantada por orden del arzobispo Gualtiero Offamilio en el año 1185 y a lo largo de su historia ha ejercido como lugar de culto a la Virgen María,mezquita y punto de referencia para el cristianismo tras el asentamiento de los Normandos. Dos motivos que justifican una visita: su espectacular cúpula y sus tumbas reales como las del emperador Federico II y su familia.
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Catedral de Orvieto
Originalmente se erigió como un santuario destinado a la reliquia del milagro de Orvieto-Bolsena, cuando una hostia consagrada empezó a sangrar y manchó el corporal que cubría el altar. Rosetones, mosaicos dorados, puertas de bronce, figuras talladas… Este icono del la arquitectura gótica del siglo XIII acapara todas las miradas desde cualquier punto de la ciudad.
Catedral de Santa María Asunta, Como
Hay quien se queda tan embelesado con el Lago de Como que se le olvida que hay más puntos de interés que visitar en el mismo radio. Antiguamente servía como refugio para la población que llegaba de las montañas. Data del siglo XIV, con una enorme fachada adornada con un rosetón, amplios ventanales y una colección de esculturas. No hay que dejar de visitar la Puerta de la Rana, situada en el lateral izquierdo del templo. En ella, la estatua de este pequeño anfibio deja constancia del nivel que alcanzaron las aguas del lago durante una inundación.
CATEDRAL DE MÓdena
Repartida en tres secciones, su fachada presenta un espectacular rosetón y un portal principal que simboliza la pugna entre el bien y el mal. En el exterior, varios relieves que recuerdan a criaturas fantásticas parecen cobrar vida propia. Este proyecto arquitectónico levantado sobre la tumba de San Geminiano lleva la firma de Lanfranco (siglo XII) cuenta con el reconocimiento de la Unesco.
Catedral basílica de San Sabino, bari
Su historia comprende episodios de saqueo, destrucción y posterior reconstrucción por deseo del rey normando Guillermo el Malo. Así pues, del templo original solo se conservan algunas trazas del pavimento. De estilo románico de Apulia, su portada con tres portales es austera y luce un rosetón decorado con figuras que parecen sacadas de una pesadilla. Su zona subterránea exhibe una colección que se pasea por varios periodos históricos: arte romano, medieval y moderno temprano.
Catedral de Cefalú
Se le conoce como la basílica-catedral de la Transfiguración (año 1131), y encarna el diálogo a tres voces de la cultura bizantina, árabe y normanda. Este templo está flanqueado por torres, almenas y ábsides laterales entre los que destaca el mosaico de un Cristo Pantócrator; mientras que su portal de entrada está engalanado con tallas de mármol en color blanco.
CATEDRAL DE LECCE
Un campanario de 68 metros, dos fachadas y un interior que atesora valiosas obras del arte de Salento entre los siglos XVI y XVIII que conviven con un ostentoso altar mayor son las notas que componen esta melodía. Uno de sus encantos lleva por nombre Natividad, y es una hermosa capilla lateral que recrea el nacimiento de Belén.
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