No ir a algunos parques nacionales masificados en temporada alta
Nos guste o no, cada vez hay más gente que viaja a África atraídos por la belleza de sus paisajes y con la esperanza de ver de cerca grandes animales que tan solo se pueden ver en este continente. Lo que no vemos en los grandes documentales ni en los maravillosos catálogos de las agencias de viajes, es el atasco de vehículos y gente que se produce en temporada alta en algunos parques nacionales, que junto con el famoso “Kenia mágica desde unos pocos miles de euros“ atraen a centenares de miles de visitantes de todo el mundo. En algunos parques nacionales he visto en repetidas ocasiones más de 10 vehículos alrededor de un león que intenta devorar su última presa.
Además de los parques nacionales existen reservas privadas, a menudo conectadas a los propios parques, gestionadas de otra forma y donde operan un reducido número de campamentos. Estos campamentos pagan un “alquiler” a las comunidades locales por poder ofrecer safaris en sus tierras, contratan a gente local creando puestos de trabajo, reinvierten parte de sus beneficios en proyectos de conservación, y contribuyen a proteger el ecosistema a través del turismo y sus ingresos de una forma mucho más sostenible. El inconveniente es que un safari en estas reservas privadas es menos asequible que en las ofertas tradicionales. La ventaja es que viviremos la experiencia que nos imaginamos al ver un documental de National Geographic.
![Activities3 canoeing](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/03/13/activities3-canoeing_a5c68f9d_240313173830_1200x663.jpg)
No siempre es igual: el entorno y la época condicionan la fauna.
Si bien cuando hablamos de un safari por África los elementos que buscamos son similares, las diferencias entre países son notables. Excluyendo las zonas de grandes primates, el resto de animales que veremos son muy similares en todos los países. Pero el clima, el paisaje, la infraestructura, y las épocas de migraciones y grandes concentraciones de animales difieren enormemente. Por ejemplo, Kenia y Tanzania, al estar alrededor del Ecuador, tienen unas épocas de lluvias dos veces al año donde veremos la sabana completamente verde, unas nubes que harán las delicias de cualquier fotógrafo y muchas crías de herbívoros, pero los animales al haber más abundancia de agua, se encontrarán más dispersos.
En cambio, en el Delta del Okavango, la época húmeda es la ideal para hacer salidas en mokoro (canoa) mientras que en la época seca los animales se concentran alrededor de las charcas de agua siendo más fácil contemplarlos. Los meses de verano europeo, son los de invierno en el sur de África, donde las temperaturas pueden llegar a ser de cero grados por las noches. En países como Kenia o el norte de Tanzania, la infraestructura es abundante y se pueden hacer un safari completo por carretera, mientras que, en países como Zambia, Zimbabue o Botsuana, será necesario hacer trayectos en avionetas por las grandes distancias y falta de carreteras en buen estado.
El primer día que vemos una cebra, querremos hacerle cientos de fotos, pero al tercer día, nos empezará a parecer más una mula con rayas. El ojo se acostumbra a todo. Para garantizar un safari con diversidad, mi consejo es elegir ecosistemas de grandes contrastes, una sabana o planicie, uno semiárido, y otro húmedo. Veremos animales similares, pero su comportamiento y hábitos serán muy diferentes.
![Safari en Kenia](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/03/13/safari-en-kenia_124a9307_240313173855_1200x528.jpg)
No es necesario ir disfrazado
o En todos estos años viajando a África, no puedo evitar ver cómo ha ido evolucionando el “fashion safari” y como se equipa la gente para su gran viaje a África. Por alguna razón nos imaginamos ese mito del gran explorador con su camisa de bolsillos, bota a prueba de terremotos, sombrero de media ala, y todo tipo de accesorios que adquirimos para utilizar una vez en la vida y nunca más. En un safari clásico, pasaremos la grandísima mayoría del tiempo subidos a un todoterreno totalmente equipado con mantas, agua, cómodos asientos, un experto conductor, un guía especializado y hasta cargador USB. Tan solo tenemos que sentarnos, y dejarnos llevar. En mi último safari con unos vaqueros, unas zapatillas de deporte, y algún elemento de abrigo fue más que suficiente. En los países donde los coches son descubiertos, tan solo es necesaria una gorra, y un poco de protección solar. En los meses más fríos en el sur de África, las primeras horas de la mañana suelen ser muy frías, entre tres y 7 grados, y es importante llevar un buen abrigo, guantes y hasta una bufanda.
![AdobeStock 87521243](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/03/13/adobestock-87521243_8fc49a0a_240313174109_1200x800.jpg)
No se trata de tachar animales de una lista
En un safari, menos, es más. No por ver más y más parques nacionales vamos a tener un mejor safari, sino todo lo contrario. En un zoológico tenemos el leopardo garantizado, pero en un safari no. Cada especie vive en un territorio que muchas veces es más grande que cualquier provincia española. El éxito de un safari no se encuentra en ir tachando animales vistos de una larga lista, los famosos big five. Tiene más que ver con el ritmo, la paciencia y la perseverancia y el ir dispuesto a dejarse sorprender.
Ver un carnívoro cazar es tremendamente raro y difícil, pero si nos empezamos a fijar en los pequeños detalles que nos rodean, podremos ver enormes hormigas que cuando se sienten amenazadas forman una bola del tamaño de un melocotón que comienza a vibrar haciendo un zumbido que hará salir corriendo a cualquier animal, y persona. Si vemos que un león ha cazado una presa, puede que pasé los siguientes dos o tres días comiéndosela, y por la noche las hienas intentarán ir a robársela. Habrá que ir una o más veces a comprobarlo pudiendo tener suerte de verlo, o no. Lo ideal es pasar un mínimo de tres días en cada reserva para poder maximizar la oportunidad de tener encuentros con situaciones y animales sorprendentes.
![Reteti Elephant Sanctuary 0397](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/03/13/reteti-elephant-sanctuary-0397_563907d1_240313174152_1200x779.jpg)
No montes en elefantes ni camines con leones
La evolución de los derechos de los animales en Europa, la mayor consciencia alrededor de la degradación de los ecosistemas y la pérdida de biodiversidad ha traído consigo un cierto auge alrededor del turismo de ONG animal y en algunos casos, los que tienen mayor visibilidad comercial, un gran negocio. En Sudáfrica es común la cría de leones en cautividad para su posterior venta en grandes fincas de caza, donde se ofrecen experiencias con cachorros de león, o caminatas con leones jóvenes.
La comercialización de este y otros ejemplos como montar en elefante en un orfanato, fomenta en ocasiones el negocio de la captura de animales salvajes para crear un oscuro negocio turístico. La posterior difusión de los turistas en sus redes sociales no hace más que alimentar su promoción. Para evaluar si un proyecto de conservación de animales es sólido, tan solo nos debemos de fijar si el objetivo final es la reintroducción de ese animal en su entorno natural y si evita tratar a los animales como atracciones comerciales.
![AdobeStock 233625123](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/03/13/adobestock-233625123_df48514a_240313174418_1200x800.jpg)
No hagas zoom con el móvil
Uno de los elementos más importantes de un safari es la fotografía. Estaremos viviendo un auténtico documental cada día y querremos capturarlo con fotos a la altura de las circunstancias. Si bien los teléfonos móviles cada día nos ofrecen mejores funcionalidades fotográficas, por mucho zoom que hagamos con los dedos, no conseguiremos esa foto de revista. Llevad una cámara de fotos con un objetivo que tenga un mediano zoom de al menos 210 milímetros, aunque hagamos las fotos en modo automático, el resultado será significativamente mejor. Los mejores momentos son siempre en las primeras horas de la mañana y las últimas de la tarde para capturar las luces más suaves y laterales y es también cuando los animales suelen estar más activos.
![Zarafa Camp Botswana](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/03/13/zarafa-camp-botswana_8d60f31f_240313174510_1200x798.jpg)
No tengas miedo
Si eres de los que la idea de un safari les infunde respeto, no tengas miedo. No hace falta ni subir el Kilimanjaro ni sentir el aliento de un gorila en la nuca si no se quiere. Todo depende de tu zona de confort y hay un safari para cada tipo de viajero. El nivel de comodidad de los campamentos es una de las cosas que primero sorprende, con baños completos, cómodas camas, agua caliente, la belleza en su decoración y la calidad de las comidas.
Además, existen opciones desde dormir en un lodge con aire acondicionado, disfrutar de una comida servida como en el mejor restaurante, ver animales de cerca sin bajarse de un cómodo todoterreno, hasta dormir en lujosas tiendas de campaña sintiendo de cerca los sonidos de la sabana de noche, pasar el día realizando un safari a pie acompañados por un experto guía armado, hacer un trayecto en helicóptero o hacer una caminata por la selva hasta encontrar una familia de gorilas de montaña. Existe un safari para cada persona.
![Wilderness Safaris Namibia](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/03/13/wilderness-safaris-namibia_78c00e1a_240313174529_1200x798.jpg)
No lleves maletas duras
En los países donde haya que realizar vuelos en avioneta, se requiere que se lleven maletas blandas. Volar en avioneta por África es toda una experiencia en sí. Las vistas desde el aire cautivan desde el primer momento a lo que hay que añadir la experiencia de sentir el zumbido de las turbinas de hélice, ver a los pilotos delante de nosotros, y despegar y aterrizar en pistas de arena. Una avioneta tiene que equilibrar los pesos en función del número de pasajeros y su disposición en la cabina. Para ello cuenta con una especie de maleteros en varias partes de su fuselaje y ha de ir repartiendo el equipaje en pequeños compartimentos. Por ello se nos pedirá que llevemosmaletas blandas para poder acomodarlas mejor en estos espacios.
![AdobeStock 5516770](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/03/13/adobestock-5516770_75abf5b0_240313174739_1200x900.jpg)
No lleves plástico, no seas parte del problema
Cuando se realiza un safari, se visitan áreas muy remotas donde hay poca o ninguna infraestructura. Cada campamento ha de ser lo más sostenible posible generando su propia electricidad, gestionando sus aguas residuales, y en la medida de lo posible, gestionando los residuos que genera. El reciclaje de basuras es tremendamente difícil en muchos países africanos, y la mejor manera de ayudar es evitando ser parte del problema y siendo más conscientes de nuestra huella medioambiental. Países como Kenia, Uganda y Ruanda ya han prohibido las bolsas de plástico. Llevar una botella de agua metálica rellenable, o no llevar envoltorios de caramelos tendrá un impacto inmediato cuando lo multiplicamos por los cientos de miles de visitantes que recibe cada país al año.
![La gran migración Masai Mara Kenia](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/03/13/la-gran-migracion-masai-mara-kenia_8b832cf1_240313174810_1200x800.jpg)
La importancia del asesoramiento
Al igual que el hecho de comer no nos hace cocineros, viajar tampoco nos hace expertos profesionales en la organización y diseño de un viaje y mucho menos de un safari por África. Elegir un buen safari comienza por asesorarnos por un profesional especializado que conozca de primera mano el continente. La probabilidad de ver un tipo de animales u otros, elegir la mejor época del año, la zona geográfica correcta, nuestro nivel de apetito de aventura, entender los costes y el presupuesto de un safari, determinar la mejor combinación de reservas naturales y ecosistemas, la calidad y localización de los alojamientos, el asesoramiento sanitario, la contratación del seguro de viaje más apropiado, y la selección del equipo humano sobre el terreno son factores que determinarán en gran medida el éxito de vuestro safari.