Para el escritor y filósofo estadounidense Ralph Waldo Emerson, «la tierra sonríe a través de las flores», una definición que concentra la esencia de la primavera. Cada año entre los meses de febrero y marzo, las 13.000 hectáreas de frutales que salpican la localidad murciana de Cieza despiertan de su letargo por un periodo que no suele superar las tres semanas. Incontables flores revisten las ramas de los árboles de melocotones, almendros, ciruelas, albaricoques y otros ejemplares de hueso, y hacen de los campos todo un espectáculo al aire libre en el que los pétalos danzan.
![CIEZA](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/03/12/cieza_00ae3288_240312123745_1200x800.jpg)
En los últimos años, esta escena que tiene lugar dentro de la Región de Murcia ha suscitado el interés de los visitante que se acercan a contemplar el mosaico natural de tonos rojizo, fucsia, blanco y rosa que caracteriza a la floración en Cieza.
De aquí brotan varias empresas que organizan rutas agroturísticas en las que disfrutar de las mejores vistas de este mar floral único e inmortalizarlas con la cámara, como Stipa Turismo. La propuesta se completa con una degustación de la cocina local (arroz con pollo de campo, cabeza de cordero al horno, migas, potaje…) y un recorrido por los rincones más emblemáticos de Cieza.
![canyonalmadenes](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/03/12/canyonalmadenes_b7f191fb_240312123645_1200x743.jpg)
CIEZA EN SU MÁXIMO ESPLENDOR
El itinerario en localidad ciezana se puede comenzar desde la Plaza de España y continuar desde el Mercado de Abastos hasta la Casa Consistorial para después detenerse frente la Basílica de Nuestra Señora de la Asunción, que exhibe una hermosa fachada de estilo barroco. Este templo no es el único punto de interés que alberga Cieza, y es que el Monasterio de la Inmaculada Concepción (1750), el Monumento al Nazareno de la Semana Santa de Cieza y la contemporánea y rompedora Iglesia de Santa Clara son otros de los grandes referentes de su arquitectura religiosa.
Respecto a construcciones cristianas, la más antigua es la Ermita de San Bartolomé, que en su día formaba parte de la fortaleza y funcionaba como Torre del Homenaje. A menos de veinte minutos en coche se encuentra el yacimiento islámico Medina Siyasa, con un museo que guarda vestigios del arte rupestre y recreaciones a escala real de las viviendas que existieron en la época andalusí.
Otras de las actividades que se pueden incluir en una escapada a Cieza son los descensos de rafting por el río Segura, las rutas de senderismo por el Cañón de Almadenes, Sierra de la Pila y Sierra del Carche o las visitas al Valle de Ricote, que aún preserva resto de su pasado árabe.