Está claro —sobre todo con el verano ya inaugurado— que hablar de Alicante es pensar en Mediterráneo. No hay lo uno sin lo otro. Sus playas de arena dorada, sus calas de piedra, sus pueblecitos costeros, sus cenas a la fresca… Pero este territorio es mucho más que eso. Su interior esconde grandes tesoros que esperan impacientes a ser descubiertos. Y es que no hace falta irse muy lejos para llevarse alguna que otra sorpresa. ¿O acaso sabías que puedes visitar una pequeña Sagrada Familia entre montañas y viñedos?
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A solo media hora en coche de la ciudad de Alicante se encuentra Novelda, una localidad que a menudo pasa desapercibida, pero que fascina a quien la visita. Especialmente por su arquitectura y legado modernista. Sin duda su mayor orgullo es el Santuario de Santa María Magdalena, ubicado en lo alto de un cerro junto a otro de sus grandes emblemas: el Castillo de la Mola, una imponente fortaleza de origen islámico y reconstruida en el siglo XIV. No se necesita más de unos segundos para encontrar el parecido (más que razonable) con uno de los monumentos más visitados del mundo.
![Santuario de Santa María Magdalena](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/06/25/santuario-de-santa-maria-magdalena_2c20263c_240625101104_1200x761.jpg)
MEMORIAS DE GAUDÍ EN EL CORAZÓN DE ALICANTE
Su ideólogo, el ingeniero José Sala Sala, por entonces residía en Terrassa (Barcelona) y se inspiró en el modernismo catalán para crear la que sería su primera gran obra en su pueblo natal. Fue la incipiente burguesía comercial del momento quien fomentó la creación de este nuevo templo religioso dedicado a Santa María Magdalena, patrona de Novelda. Un culto que trajo consigo Doña Blanca d’Anjou, princesa de Nápoles y reina consorte de Aragón, instruida en el sur de Francia donde se dice que la santa se acabaría refugiando. Este proyecto, como ocurrió con la basílica firmada por Antoni Gaudí, se acabaría alargando más de la cuenta. Iniciada en 1918, tras varias interrupciones, no se acabaría hasta 1946.
¿Y qué es lo que recuerda tanto a la Sagrada Familia? La respuesta está en su fachada principal. Sus formas curvas, su inspiración naturalista y su mezcla aparentemente arbitraria de materiales pone en evidencia la influencia del modernismo catalán. Como ocurría en Europa con el Art Nouveau, arquitectos como Antoni Gaudí, Lluís Domènech i Montaner o Josep Puig i Cadafalch buscaban romper con las tradiciones académicas de la época. El Santuario de Santa María Magdalena es otro ejemplo de experimentación artística y ese adiós al pasado más tradicional. En su exterior, llaman la atención sus dos torres laterales de 25 metros de altura, culminadas con una regia cruz de piedra; sus mosaicos de colores con motivos florales y vegetales; o su construcción heterogénea formada por materiales de la región como guijarros del río Vinalopó, azulejos policromados, ladrillos rojizos o mampostería.
![Santuario de Santa María Magdalena](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/06/25/santuario-de-santa-maria-magdalena_32b9fb27_240625101935_1200x836.jpg)
Su planta, con una única nave en forma de cáliz, es uno de los aspectos más peculiares de este emblemático edificio de principios del siglo XX. Se dice que simboliza el jarro de ungüento con el que Magdalena ungió los pies de Jesucristo. Su interior mucho más austero conserva retablos de pintores como Gastón Castelló y Carmelo Castellano Ibáñez, donados por familias locales. No hay que olvidar que esta joya, que forma parte de la Ruta europea del modernismo y del Camino de Santiago, fue fruto del auge socioeconómico que vivió Novelda gracias a la exportación del azafrán o la industrialización del mármol y la piedra natural. Un nuevo esplendor artístico y arquitectónico, impulsado por el mecenazgo de la nueva clase burguesa, que desarrolló el movimiento modernista en la ciudad que sigue vivo hoy en día.