Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1979, Antigua Guatemala es uno de los ejemplos de ciudades virreinales hispanoamericanas. Su casco antiguo, de esencia colonial y lleno de iglesias, monasterios y monumentos, guarda casi 500 años de historia desde que se fundase el 10 de marzo de 1543. A día de hoy el núcleo de esta antigua ciudad colonial, donde el tiempo se detuvo y todo parece intacto, es uno de sus mayores atractivos junto con la naturaleza de los volcanes que le rodean, Fuego y Acatenango.
Cocina con esencia
Además de sus atractivos históricos y culturales, La Antigua —así es como la llaman los guatemaltecos— cuenta con una oferta gastronómica única. Sus locales se dividen entre la cocina tradicional y la vanguardista, con propuestas de alma viajera, saludables, centradas en conceptos nuevos e irreverentes, algunos clásicos ya conocidos en donde descubrir la cocina antigüeña y otros más cuidados que tienen los ojos puestos hacia la alta cocina.
![nana](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/04/10/nana_47194209_240410120626_1200x801.jpg)
Cocina vintage
Adentrándose al patio de una casa con apariencia de tienda vintage, aparece NANA, un restaurante que fusiona la belleza de lo antiguo y la esencia de esta tienda con su cocina. Aquí todo es vintage, no solo la ropa, también los cubiertos y servilletas, la vajilla y el mobiliario en el que los clientes disfrutan de una cocina o cena en este local rodeado de maniquíes y prendas antiguas. Su carta, trabajada bajo técnicas internacionales, está elaborada al 100% con producto local guatemalteco. Sus platos, como el tartar de tomate, los fijoles veganos, las ensaladas, el aguachile de chiltepe, el ceviche, son la muestra de que a estas mesas se llega para compartir y disfrutar a través de la comida.
![suelo vino](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/04/10/suelo-vino_6f7a0105_240410115129_1200x1200.jpg)
Entre vinos y pizzas
En la casa colonial que ocupa el taller de joyas artesanales de Xibalba, se encuentra Suelo Vinos, un espacio dedicado a los vinos naturales y la cocina sencilla. Su menú cuenta con una propuesta de comidas centrada, únicamente, en entradas frías —como ensaladas, focaccias, embutidos o quesos, entre otros,— y las pizzas hechas al horno de leña. Los vinos que sirven allí, importados de diferentes partes del mundo, también se pueden comprar dando más sentido que nunca a la frase de que el antojo de tomarlo provoca comprarlo.
![bokeh 3](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/04/10/bokeh-3_942309e2_240410115206_1200x655.jpg)
Oasis colonial
A diez minutos en coche de Antigua Guatemala se encuentra el oasis perfecto para explorar la historia y la cultura guatemalteca mientras se desconecta. Se trata de Villa Bokéh, un hotel convertido en hogar donde los huéspedes se transforman en familia y donde la naturaleza, el arte, la cultura y la buena cocina local lo inundan todo. Este alojamiento, perteneciente a la cadena Relais & Châteaux, se encuentra enclavado en una hacienda de estilo colonial con un jardín privado con vistas a uno de los volcanes. La arquitectura del restaurante es una reinvención contemporánea del invernadero de un castillo donde el chef Marcos Sáenz ofrece cocina tradicional guatemalteca y nueva cocina. Elaboraciones como la crema de maíz, la sopa de frijol, los elotitos tiernos asados, el ceviche guatemalteco de camarón, el hummus de frijol blanco o el róbalo con mousse de maíz son el ejemplo perfecto de una cocina que fluctúa entre la vanguardia y la tradición. Además, no hay que perderse sus desayunos ni el brunch que ofrecen los fines de semana.
![Barriga llena](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/04/10/barriga-llena_18aa67c3_240410115242_1200x1200.jpg)
La revolución de Antigua
Barriga Llena, corazón contento, es el lema y toda una declaración de intenciones de este restaurante ubicado en el centro de la ciudad de Antigua. Un lugar al que ir a pasárselo en grande con la cocina y la coctelería por bandera. Tras sus fogones y su barra se encuentran Carlos Sosa y Mario Godinez, dos anfitriones que han hecho de este lugar el templo de la cocina viajera en el casco antiguo de la ciudad. Elaboraciones como los dumplings de cerdo, el pollo frito, los fish and chips, las tortillas de maíz criollo, los tiraditos o el sándwich hecho con pan de focaccia, son algunos de los bocados que te harán dar la vuelta al mundo sin moverte de Antigua. Tampoco hay que dejar de probar la coctelería: negroni, gin tonic, mezcal sour, margarita y mezcal margarita.
![cuevita](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/04/10/cuevita_25018159_240410115309_1200x1600.jpg)
Cocina tradicional antigüeña
Si se trata de cocina típica guatemalteca, más concretamente antigüeña, La Cuevita de los Urquizú es uno de esos lugares por los que turistas y locales deben pasar. Su carta, servida como una mesa de buffet libre, es un compendio de las elaboraciones que tradicionalmente se hacen en las casas; platos con sabor a recuerdos, a hogar y a infancia como el pepián de pollo, subanik —un guiso de chiles y carne creado por los mayas—, el revolcado, las hilachas —un guiso parecido a la ropa vieja—, el lomo relleno o los frijoles blancos con costilla. También ofrecen pupusas, de queso, chicharrón o mixtas. Y postres como los plátanos en mole, los rellenitos de frijol o el flan antigüeño. Además, su cercanía al Arco de Santa Catalina y sus vistas desde la terraza al Convento de las Capuchinas lo hacen un lugar perfecto para disfrutar de una comida.