La Puerta Narbonnaise y el cementerio municipal
Para entrar en Carcassonne hay que atravesar, sí o sí, cualquiera de las aperturas en la muralla. Por eso este ‘must’ puede parecer una obviedad, sino fuera porque hay algún despistado que solo descubre la principal, la Narbonnaise. Hasta aquí suben los taxis, los autobuses y los coches, por eso suele ser la primera story de toda ruta en Instagram. Su fotogenia, con su coqueto arco y sus dos imponentes torres detrás, es indiscutible.
Por eso en ocasiones pasa desapercibido el cementerio municipal, que sin ser el parisino Père Lachaise, sí que conserva alguna tumba de notable belleza. Desde esta perspectiva también asombran las poderosas murallas, mucho más altas, imponentes y amenazantes cuando se observan a pie de foso o cuando se cruza a la liza que separa las dos primeras líneas defensivas.
![dama Carcas](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/02/21/dama-carcas_1810aa7e_240221150049_1200x773.jpg)
LA DAMA CARCAS Y EL ORIGEN DE LA CIUDAD
El tercer elemento fundamental de este conjunto es la estatua dedicada a la Dama Carcas, una princesa sarracena protagonista de una leyenda tan arraigada que le llegó a dar nombre a la ciudad. Cuenta el mito que esta mujer, viuda de un guerrero fallecido en combate, burló el asedio de Carlomagno de una ingeniosa forma: cebando al único cerdo que quedaba en la ciudadela y tirándolo por la muralla.
Los soldados del emperador galo interpretaron este acto de desperdicio como un alarde de los víveres que aún atesoraban los musulmanes intramuros, provocando el desánimo en las tropas conquistadoras y, a la postre, su rendición. Para celebrar esta victoria, la ciudad puso a repicar todas las campanas, provocando que Carlomagno dijera una frase con la que se acabaría bautizando la ciudad: «Carca sona» (Carca suena).
![iStock-1181014754](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/02/21/istock-1181014754_00000000_6fbc5a75_240221151044_1200x795.jpg)
La puerta de l’Aude
Pese a no ser tan popular y tan concurrida como la Narbonnaise, la otra puerta de la ciudadela, la de l’Aude, puede presumir de ser la más espectacular por su complejidad. Hasta aquí llegan los viajeros que suben a pie desde la ciudad nueva, aunque también, los ávidos paseantes que llegan hasta la rue homónima, cruza el arco y se dan la vuelta para contemplar su hermosura. La recompensa es una maraña de construcciones defensivas, arcos, pasillos y recovecos diseñados para despistar a los atacantes pero que en la actualidad acentúan la fantasía medieval que supone esta ciudadela.
![Carcassonne calle](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/02/21/carcassonne-calle_595f2f4f_240221160501_1200x800.jpg)
Las callejuelas de la ciudadela
Superadas las defensas espera la Ciudadela, un pequeño laberinto de callejuelas que conservan su trazado y su esencia medieval. Es cierto que hay demasiadas tiendas de souvernirs que desentonan con el lugar, pero existe una pequeña regla: cuanto más alejado esté un rincón de la concurrida Rue Cros Mayrevieille, más coqueto es. Y es que si se huye de la arteria comercial del casco histórico, se llegan a plazuelas como la de Auguste Pierre Pont o la de Saint-Jean donde hay más calma y más fotogenia.
![Basílica de Saint-Nazaire](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/02/21/basilica-de-saint-nazaire_33330b9e_240221151517_1200x854.jpg)
La basílica de Saint-Nazaire
La que fuera durante siglos la catedral de la ciudad es hoy un portentoso templo a medio camino entre el gótico y el románico que, pese a no sorprender con su tamaño, cumple con todas las expectativas sacras. Sobre todo, por sus vidrieras, las más impresionantes y ricas del sur de Francia y su conjunto de esculturas que dan fe de la prosperidad de esta urbe durante este periodo.
![Castillo Carcassonne](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/02/21/castillo-carcassonne_a5c78334_240221152505_1200x800.jpg)
El castillo Condal de Carcassonne
Las poderosas defensas del edificio más imponente de la Ciudadela ya son de por sí una hipérbole medieval. No obstante, ningún viajero es inmune a su espectacular aspecto, capaz de intimidar incluso a los que vivían intramuros. Un coqueto puente salva un foso donde hoy proliferan los huertos en un canto a una contemporaneidad más ecológica (o, menos beligerante). En su interior, el patio principal ofrece una inesperada explanada de tranquilidad, además de hilar a los visitantes que suben y bajan por sus estancias. Dentro de estas salas hay un pequeño museo que, mediante objetos y esculturas, atestigua la relevancia de esta ciudad fronteriza.
![shutterstock 254477089](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/02/21/shutterstock-254477089_00000000_b9456a2d_240221153041_1200x800.jpg)
El tour por las murallas de Carcassonne
Carcassonne alcanza su cénit cuando se realiza el tour por las murallas. Se trata de una visita guiada (sobre todo, en inglés y en francés) que permite andar por lo alto de estos muros y descubrir algunas de las torres más emblemáticas del recinto. Desde aquí, además, se domina con la vista la Ciudadela, obteniendo algunas panorámicas inolvidables de los tejados y de la basílica de Saint-Nazaire. Más Medievo, imposible.
Tour por las murallas de Carcassonne
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Horarios
Del 1 de abril al 30 septiembre
10.00 h – 18.15 h
Última entrada al castillo: 17.00 h
Última entrada a las murallas: 17.45 hDel 1 de octubre al 31 de marzo
9.30 h – 16.45 h
Última entrada al castillo: 15.45 h
Última entrada a las murallas: 16.15 h -
Precio
Entrada general: 9,50€
Acceso gratuito para:- Menores de 18 años
- 18-25 años (nacionales de países de la Unión Europea y residentes regulares no europeos en Francia)
- Personas discapacitadas y sus cuidadores
- Solicitantes de empleo (previa presentación de un certificado de menos de 6 meses de antigüedad)
- Education Pass (válido para el año en curso)
- Pase cultural
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Cómo reservar
Se recomienda reservar la visita en la web de las murallas de Carcassonne.
![iStock-948461328](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/02/21/istock-948461328_00000000_8ca51c3c_240221153617_1200x801.jpg)
el delicioso cassoulet de Carcassonne
De aquella región díscola queda un carácter fuerte y un sentimiento de pertenencia que se manifiesta en placeres muy variados. El más sabroso es el Cassoulet, un guiso de judías y pato (con salchicha de este ave incluida) en torno al cual hay cofradías e historiadores que teorizan y refuerzan su orgullo patrio a cucharada limpia. Más allá de ser un emblema, la realidad es que es una receta sabrosísima e indispensable cuya elaboración exige una mañana a fuego lento. En la propia ciudadela, ya arriba, merece la pena probar la de la Brasserie du Donjon, que se ofrece en formato menú y que respeta las bases de la receta de Carcassonne, en la que se suele incluir carne de perdiz.
![Puente Viejo](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/02/21/puente-viejo_dca80296_240221154730_1200x778.jpg)
Las vistas desde el Puente Viejo
Alejarse de la Ciudadela es tan indeseado como inevitable. Pero, como sucede en todo este viaje, Carcassonne tiene un as en la manga un tanto egocéntrico: las vistas de su portentosa silueta desde la lejanía. En todas estas postales, la más recurrente y ensoñadora es la que se toma desde el Puente Viejo, aunque este rincón es mucho más que pura fotogenia. Esta obra del siglo XIV conecta dos épocas, la de la Ciudadela y la Bastida, la ciudad moderna construida a merced de la paz que logró este lugar y esta región en la Baja Edad Media. Y, también, es lugar de paso obligatorio para los peregrinos que recorren el Camino de Santiago Francés hasta la frontera con Navarra.
![midi carcassonne](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/02/21/midi-carcassonne_1c2553be_240221155518_1200x800.jpg)
la ciudad nueva y el canal du midi
A los pies de la Ciudadela se fundó una bastida en la Baja Edad Media que fue ganando en importancia conforme iba perdiendo relevancia la ciudad amurallada. Su cénit llegó a partir del siglo XVII, cuando se convirtió en una importante plaza económica, comercial y textil. Esta urbe nueva, levantada con escuadra y cartabón, merece un ligero paseo para dar con la catedral de Saint-Michel, los edificios administrativos y el puerto de Carcassonne donde descansan las barcas que navegan el Canal du Midi.
![Minerve](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/02/21/minerve_8de00df4_240221155817_1200x800.jpg)
La escapada ideal: Minerve y el Minervoise
Toda la región del Languedoc está regada de lugares pintorescos y apasionantes. Sin embargo, pocos sintetizan mejor lo que fue esta región histórica que esta pequeña comarca vitivinícola pegada a Carcassonne. Primero, porque sus colinas están alfombradas de viñedos donde se producen, sobre todo, unos blancos bastante apañados. Segundo, porque cuenta con pueblos llenos de sorpresas, como es el caso de la abadía de San Pedro en Caunes-Minervois o del propio Minerve, una localidad que en su día fue la capital de la región cuyas piedras resisten al paso del tiempo y del progreso encajadas en una fotogénica garganta. Y tercero, porque conserva torreones cátaros como los del castillo de Lastours donde queda claro que en esta región fue durante años díscola y periférica.