Cícladas, del griego kyklos (círculo), es el nombre que los antiguos griegos otorgaron al archipiélago formado por más de 200 islas e islotes que tiene a Delos como centro. Un manto verde las cubría antiguamente, pero la tala intensiva, múltiples incendios forestales, la acción humana y el pastoreo desnudaron el paisaje hasta dejarlo tal y como lo conocemos ahora.
Durante el tercer milenio a.C. las Cícladas se convirtieron en la cuna de una civilización que aún está revelando sus misterios. La riqueza metalúrgica y geológica de estas ínsulas, algunas de ellas volcánicas, fomentó un auge económico y demográfico que daría pie al nacimiento de sociedades urbanas. La proximidad de unas islas con otras y la pericia de los navegantes favoreció que las ideas, la religión y el arte de estos primeros pobladores se difundiera por todo el archipiélago y recogiera, a su vez, influencias de la vecina civilización minoica o cretense.
![Milos, Bahía Kleftiko](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/06/18/milos-bahia-kleftiko_3396e6d3_1377558677_240618165241_1200x428.jpg)
Como vestigio quedan hoy decenas de yacimientos arqueológicos y los famosos «ídolos cicládicos». Materiales como el mármol, la obsidiana, el esmeril o la piedra pómez fueron empleados para tallar unas delicadas esculturas que siglos después inspirarían a artistas como Modigliani, Brancusi o Alberto Giacometti, entre otros. Y aunque la mayor colección de arte cicládico se encuentra en Atenas, en las Cícladas hay pequeños museos donde se exponen figuras y otros objetos pertenecientes a esta cultura.
![Mikonos](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/06/21/mikonos_887acdf9_240621092001_1200x802.jpg)
MIKONOS DESDE LA PEQUEÑA VENECIA
Iniciamos nuestro viaje en Mikonos, la reina del Egeo, destino anual de unos dos millones de turistas. Aristóteles y Jackie Onassis la pusieron de moda en los años 50, cuando era un enclave de pocos habitantes con una deficitaria economía rural. Sus playas de arena y sus pueblos encalados se convertirían en uno de los primeros destinos en reconocer al colectivo LGTBIQ+.
Con sus callejuelas blancas y sus tiendas de artesanía, Chora (también Hora), capital de la isla, es uno de los lugares más concurridos del país durante los meses de verano. En la barriada conocida como la Pequeña Venecia, se contemplan edificios tradicionales construidos con piedra, vigas de madera y, en algunos casos, cubierta de tejas.
El amanecer es uno de los mejores momentos para descubrir la verdadera Chora, cuando no hay visitantes y los isleños aprovechan para realizar sus tareas cotidianas: las pequeñas embarcaciones llegan al puerto y venden el pescado recién capturado en un tenderete, los pintores recorren las calles con su brocha para eliminar las manchas de las relucientes paredes blancas, y los bares se preparan para la llegada de los cruceristas.
![Mikonos calles](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/06/21/mikonos-calles_c57498fb_828290592_240621092140_1200x800.jpg)
chora: callejuelas y ¡pelícanos!
Frente al puesto de pescado está la casa de Madó Mavroyenos, una de las libertadoras de Grecia del yugo otomano. Desde allí, callejeando hacia el interior, podemos encontrar a Petros, el pelícano mascota de la isla. Es el descendiente de Petros «el original», como aún lo denominan los habitantes de Chora, que tras ser rescatado en el mar vivió cerca de tres décadas entre los isleños como uno más. En los años 60, Jackie Onassis consiguió llevar un ejemplar hembra, Irene, que años más tarde se casaría con Petros en una ceremonia de lo más pomposa. Desde entonces, a todos sus descendientes se les llama Petros.
El actual es un enorme ejemplar de pelícano rosado que suele pasearse después de las doce del mediodía entre las blancas callejuelas, e incluso dentro de algunas tabernas, donde espera pacientemente a que le tiren un salmonete, su manjar favorito. Cuando cae el sol, un funcionario del ayuntamiento tiene la misión de llevarlo a un jardín a pasar la noche hasta que retoma sus aventuras a la mañana siguiente.
Zigzagueando por el centro urbano de Chora encontraremos numerosas capillas familiares que sirven de osario para los antepasados. A menudo se celebran rituales, homenajes de recuerdo, a los que los amables isleños invitan a los transeúntes. La ciudad cuenta con tres museos que bien valen una visita: el arqueológico, el de folclore y el naval, todos ellos cerca del puerto.
![Ano Mera](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/06/21/ano-mera_9d5747fb_240621092416_1200x851.jpg)
ANO MERA A RETABLOS Y BOCADOS
Rumbo hacia el interior de la isla, a unos 8 km se halla Ano Mera. Este pueblo ubicado en pleno corazón de Mikonos es famoso por el Monasterio de Santa María o Panagia Turliani y el magnífico retablo de su iglesia. Vale la pena visitar el pequeño museo de la abadía, donde se conservan elementos litúrgicos como vestidos, pasos procesionales y una colección de documentos religiosos del siglo XVIII.
Ano Mera también es conocida por sus espléndidas tabernas de comida tradicional griega, establecimientos en los que se pueden degustar platos típicos de Mikonos. Imprescindible probar la mostra, una ensalada de pan tostado untado con kopanistí, el queso de la isla, o las salchichas y la empanada de cebolla. Y por supuesto, los dulces de la señora Irene, en especial la tarta de naranja.
![Playa Paraíso, Mikonos](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/06/18/playa-paraiso-mikonos_b8a419a1_1999437482_240618125558_1200x620.jpg)
LAS MEJORES PLAYAS DE mikonos
Las playas más glamurosas de Mikonos son la de Paraíso y la de Psarós, donde se dan cita famosos de todo el mundo. No obstante, aún quedan rincones salvajes y tranquilos como la cala de Agios Sostis, en el noreste de la isla.
Regresamos al puerto antiguo de Mikonos para tomar un barco que en apenas media hora nos desembarca en Delos, una isla deshabitada que conserva uno de los mayores enclaves arqueológicos del país.
![Delos](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/06/21/delos_a8103835_240621092838_1200x675.jpg)
delos, el gran capricho arqueológico de las cícladas
Resulta fascinante perderse por el laberinto de la ciudad helenística y pensar en los mitos que aquí se forjaron. Según la mitología, Leto, amante de Zeus, dio a luz a los mellizos Apolo y Artemisa en esta rocosa isla. La ínsula albergó uno de los santuarios a Apolo más importantes de la Grecia clásica, razón por la cual Delos se revistió de un carácter sagrado que prohibía morirse o nacer en ella. Los isleños debían trasladarse antes del parto o en caso de enfermedad terminal a la vecina Renis, donde se han encontrado restos funerarios de entre los siglos IX al IV a.C.
![Delos, Casa de Dioniso](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/06/18/delos-casa-de-dioniso_108464d5_2299994829_240618171418_1200x800.jpg)
las monumentales casas de delos
Tres rutas recorren el yacimiento arqueológico de Delos: de hora y media, de tres horas y de cinco horas de duración. Recomiendo seguir el itinerario más largo para, así, subir al monte Kythos y disfrutar de una espectacular vista aérea de toda la bahía. La Casa de Dionisos cuenta con un impresionante mosaico que representa al dios del vino alado y cabalgando a lomos de un tigre. La Avenida de los Leones, lugar más emblemático del conjunto arqueológico, conduce hasta la barriada en la que se halla la antigua Palestra. En esta zona se hallaron el Diadúmeno, la escultura de un joven atleta que se ajusta la cinta de la cabeza tras la competición, y la escultura de Afrodita con Eros y Pan, custodiadas ambas en el Museo Arqueológico Nacional de Atenas.
Andar hasta el barrio del Teatro recompensa con la visita a la Villa de los Delfines, denominada así por un mosaico cuyo tema principal son estos animales marinos. También llama la atención el hostal por su enorme entrada de mármol, que probablemente recibiera como huéspedes a las compañías que actuaban en el teatro que da nombre a la zona.
![Mandrakia, Milos](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/06/18/mandrakia-milos_3f545584_484610636_240618132307_1200x801.jpg)
Ponemos rumbo a Milos, una de las dos islas volcánicas que posee el archipiélago de las Cícladas. La isla donde se halló la famosa Venus de Milo –en el parisino museo del Louvre– es un paraíso natural con playas de fina arena, calas rocosas y paisajes volcánicos. Realizar un tour en barco es una de las maneras más fáciles de llegar a lugares poco accesibles y tan espectaculares como Kléftico, una zona de grutas marinas donde hace siglos los piratas solían esconder los botines de sus asaltos.
La minería fue la principal fuente económica de Milos hasta hace pocas décadas. El museo de la minería de Adamandas alberga una colección de herramientas empleadas para extraer los minerales, pero también testimonios de los últimos trabajadores de la explotación. Merece la pena una visita a la mina de azufre de Thiorijío, que aún conserva edificios, maquinaria y los restos de un carro que, a través de unos rieles, transportaba el azufre hasta el puerto.
![Sarakiniko](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/06/21/sarakiniko_77dbebd1_240621093308_1200x800.jpg)
Cueva de Papafragas, Milos
Las playas de Milos son, desde mi punto de vista, las mejores de Grecia.Sarakínikos con su belleza lunar y sus formas caprichosas es la más visitada,pero hay una decena de arenales fascinantes. Como Firiplaka, una media luna blanca protegida por acantilados, la playa dorada de Provatás o la de Firopótamos, con sus casas de pescadores asomadas al rompeolas. La playa de Paleochori depara una sorpresa: con unas gafas de buceo es posible observar las burbujas de gas que emergen del volcán sumergido.
Para conocer el paisaje volcánico de Milos existen varias rutas a pie que pueden completarse con una excursión al islote de Glaronissia, con columnas hexagonales de roca basáltica. La jornada podría acabar con la mejor de las experiencias gastronómicas: saborear un plato típico de pescado de Milos en cualquiera de las tabernas repartidas por toda la isla.
![Playa Karas](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/06/18/playa-karas_5fbea2bd_240618173846_1200x706.jpg)
KÍMOLOS, LA ISLA DE LAS PLAYAS
Al día siguiente tomamos el ferry a la cercana Kímolos, a unos 26 km de Milos. La isla del yeso (kimolía en griego) posee unas playas de aguas turquesas y arena fina que dejan sin aliento. La capital, Chorió, tiene un museo arqueológico que expone los restos encontrados en el yacimiento de la antigua Kímolos, un recinto que puede visitarse. Otra de las cosas inolvidables de esta isla es su deliciosa ladeñá, una focaccia con aceite de oliva, tomate, cebolla y orégano.
![Santorini](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/06/21/santorini_881b03aa_240621093724_1200x798.jpg)
SANTORINI TRAS LAS ERUPCIONES
El viaje a las Cícladas estaría incompleto sin una estancia en la bella Santorini, un pequeño archipiélago semicircular formado por varios islotes y cuyo nombre oficial es Thera. La erupción que en torno a 1500 a.C. colapsó la isla pudo ser la causa de la desaparición de la civilización minoica en la isla de Creta, a 120 km. Así lo concluyó el arqueólogo Spyridon Marinatos, quien entre 1967 y 1974 desenterró bajo la ceniza los restos de Akrotiri, una ciudad minoica con edificios de dos plantas, canalizaciones y frescos que aún pueden admirarse.
Fira, la capital de Santorini, y los principales pueblos de la isla están ubicados alrededor de la caldera sumergida del volcán. La mejor forma de recorrerla, disfrutar de sus vistas y de su arquitectura es caminando desde Fira hasta Oía, a 10 km. La pista que une ambos núcleos bordea el acantilado y pasa por los pueblos de Firostefania e Imerovigli, con pequeñas iglesias y restos de fortalezas.
![Santorini Molinos](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/06/18/santorini-molinos_839a8a45_240618155414_1200x800.jpg)
los atardeceres de oía
Contemplar el atardecer desde lo alto de Oía es un auténtico regalo, a pesar de lo masificado que pueda parecer: desde el pueblo blanco se distingue la forma circular de la caldera sumergida bajo el mar de azul intenso. Los aficionados a la vulcanología disfrutarán en Nea Kameni y Paliá Kameni, dos islas situadas en el centro del conjunto. En Nea Kameni vale la pena hacer la caminata de unos 30 minutos y andar entre las fumarolas de su propio cráter.
De nuevo en Santorini, serpenteando hacia el interior se alcanza Pyrgos, un pueblo con construcciones venecianas y una fortaleza el siglo XV. Al atardecer, es una delicia pasear por sus laberínticas calles y disfrutar de la brisa veraniega de uno de los pueblos más altos de Santorini.
![Akroiti](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/06/21/akroiti_6c1111a6_240621094607_1200x800.jpg)
MONASTERIOS Y YACIMIENOS DE AKROTIRI
Desde allí, a unos diez minutos en coche, encontramos el Monasterio del Profeta Elías. Es imprescindible visitar este conjunto del siglo XVIII y después, desde la cumbre, disfrutar de una espectacular panorámica. La vista en días despejados permite divisar incluso las costas de Creta y de la gran mayoría de las islas del archipiélago de las Cícladas.
En nuestra ruta hacia las playas del suroeste llegamos al yacimiento de Akrotiri; la ciudad fue abandonada hacia el año 1500 a.C. tras una potente erupción del volcán. De entre las cenizas los arqueólogos han sacado a la luz impresionantes mansiones, edificios públicos y religiosos, así como bloques de pisos que han reescrito la historia de la Edad del Bronce en el Mediterráneo. La plaza triangular, un espacio abierto rodeado de construcciones de dos alturas, es uno de los lugares más emblemáticos del sitio arqueológico. En muchos de ellos se hallaron sofisticados frescos, casi todos de temática religiosa, que guardan una estrecha relación con los encontrados en el palacio minoico de Cnosos, en Creta. A escasos metros de Akrotiri, hay dos senderos que conducen a la playa blanca y a la roja, idóneas para un chapuzón.
![Santorini](https://viajes.nationalgeographic.com.es/medio/2024/06/18/santorini_6adaed0f_1805154532_240618164719_1200x800.jpg)
santorini, una isla gastronómica
La gastronomía de Santorini es otro de los elementos que hacen de esta isla un lugar inolvidable. Su origen volcánico no solo se manifiesta en la abundancia de piedra pómez, sino también y sobre todo en la fertilidad de la tierra. Este es sin duda el secreto de que las frutas y hortalizas isleñas se consideren entre las más sabrosas y aromáticas de toda Grecia.
Los tomates, los pepinos y la fava(un guisante seco propio de la isla) constituyen la base de su deliciosa cocina. Con los jugosos tomates se elaboran recetas a cual más sabrosa. Entre ellas, destacan las pseftokeftedes, unas croquetas de tomate y hierbas aromáticas; la skordomakárona, macarrones con tomate, ajo y un toque dulce; o la ensalada de katsunia, compuesta por pepinos dulces y tomates.
Con la fava se prepara una crema para untar que se consume en todo el país, pero que en Santorini tiene denominación de origen. Se suele acompañar de jloró, el queso blanco típico de la isla, y de un buen vino dulce, como el Vinsanto o el Nijteri, cuyo proceso de producción se realiza por la noche. Y para redondear un almuerzo o cena, los dulces melitiña, con miel, masa filo y queso blanco, o las almendras garrapiñadas, un auténtico manjar de dioses. La mejor manera de llevarse a casa el aroma de estas islas de cúpulas y aguas azules.